El Gobierno Zapatero vende su sólida amistad con Rabat, pero Marruecos continúa sin mover un dedo para evitar el tráfico de inmigrantes ilegales en pateras. Muchos mueren los que logran llegar a la costas andaluzas suelen acabar en los centros de internamiento de Cruz Roja, a la espera de una repatriación difícil. La Junta de Andalucía, controlada por los socialistas, consideran que esto no puede seguir así, pero poco pueden hacer por Marruecos.

Mientras tanto, El régimen de Mohamed VI mantiene cerrado el Sahara. Nada se sabe de lo que allí ocurre, pero las delegaciones internacionales que intentan visitar la zona son devueltas por el Gobierno marroquí.