Según la Sociedad Española de Sueño hasta un 48% de la población sufre problemas para dormir, un 10% de los casos se deben a un insomnio crónico, con la suficiente frecuencia como para convertirse en un problema de salud pública. Y es que el insomnio no es solo una molestia nocturna: sus consecuencias se extienden a lo largo del día y pueden impactar de manera significativa en la salud cardiovascular, la función cognitiva, y en el equilibrio emocional.
Así, y lejos de ser un simple “mal dormir”, este trastorno es hoy reconocido como un factor de riesgo para diversas enfermedades crónicas. Tal y como destaca el Dr. Pablo Andrés Ruiz, médico especialista de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud del Vallès (Sabadell), “La incapacidad para iniciar o mantener el sueño, así como la presencia de despertar precoz o sueño no reparador, repercuten de gran manera en la vigilia del paciente, y pueden ser causa de múltiples trastornos cardiacos, cognitivos y anímicos. Dormir bien no es un lujo, es una necesidad médica básica”
De hecho, reconoce este experto que en su práctica diaria se han detectado casos claros de hipertensión que mejoran significativamente tras abordar el insomnio. "Pacientes con insomnio crónico presentan cifras tensionales que no bajan por la noche, lo que llamamos ‘no dipper’. Tras el tratamiento, los pacientes recuperan ese descenso en las cifras tensionales y su riesgo cardiovascular disminuye".
Según la Sociedad Española de Sueño, hasta un 48% de la población sufre problemas para dormir, un 10% de los casos se deben a un insomnio crónico, con la suficiente frecuencia como para convertirse en un problema de salud pública
Impacto en la memoria
En concreto, este médico especialista de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud del Vallès resalta el impacto que tiene la falta de sueño sobre nuestra función cognitiva, indicando que la fase conocida como sueño MOR (Movimientos Oculares Rápidos) es un proceso en el cual nuestra memoria, atención y concentración se reparan.
“La privación de sueño altera las conexiones neuronales que comprende la fase del sueño MOR y puede provocar olvidos frecuentes, dificultades para concentrarse, menor capacidad para resolver problemas, e incluso una mayor vulnerabilidad a enfermedades neurodegenerativas”, agrega.
Nuestro corazón también se ve perjudicado
En el caso del corazón recuerda que durante el sueño el organismo activa el sistema nervioso parasimpático, reduciendo la frecuencia cardiaca y la presión arterial: “Esto permite un ‘descanso’ cardiaco clave para la salud del miocardio”.
Ahora bien, el doctor Ruiz advierte que el insomnio crónico impide esta caída fisiológica, lo que obliga al corazón a trabajar más y eleva el riesgo de hipertensión, infarto y accidentes cerebrovasculares. “Según estudios, alrededor del 37,2% de la población con hipertension sufre episodios de insomnio crónico, lo suficientemente frecuentes como para considerar este trastorno un factor de riesgo cardiovascular a tener muy en cuenta”, insiste.
Durante el sueño, el organismo activa el sistema nervioso parasimpático, reduciendo la frecuencia cardiaca y la presión arterial: Esto permite un ‘descanso’ cardiaco clave para la salud del miocardio
Impacto en el animo
Aparte, la relación entre sueño y las emociones es clara, de forma que, tras una sola noche sin descansar bien, se observa un aumento de irritabilidad y tristeza, al mismo tiempo que desciende nuestro nivel de energía.
“Si la falta de sueño es crónica, se incrementa el riesgo de desarrollar ansiedad y depresión. Estudios clínicos demuestran que dormir menos de 4,5 horas por noche durante una semana reduce notablemente el bienestar emocional”, agrega.
Es posible mejorar el sueño
Por tanto, es imprescindible comprender que el insomnio tiene consecuencias más allá del descanso: repercute en muchos órganos y en funciones vitales.
Para realizar un diagnóstico y tratamiento efectivo, y además prevenir los efectos que conlleva el Insomnio crónico es importante que haya un trabajo multidisciplinar entre especialistas en medicina de Sueño, neurología, cardiología, psicología/psiquiatría, nutrición para abordar el problema desde todos los ángulos.
La evaluación del paciente con Insomnio requiere pruebas diagnósticas que se realizan en la Unidad de Sueño como son la Polisomnografía Nocturna “gold estándar”, Actigrafia, Test cronobiológico, entre otros. Estas pruebas nos permiten obtener diferentes parámetros específicos como la estructura y conformación del sueño, y elementos cardiorrespiratorios o motores, los cuales se analizan para determinar factores precipitantes o determinantes de la enfermedad.
Existen dos pilares importantes para el tratamiento del Insomnio crónico, primero, la Terapia Cognitivo-Conductual de Insomnio (TCC-i) que combina medidas de higiene del sueño junto a terapias personalizadas, y segundo, el Tratamiento farmacológico si se requiere.
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