
Recientemente, se ha conocido que la disminución de bosques en el mundo ha crecido un 5% en 2024, al haberse destruido 30 millones de hectáreas (el equivalente a la superficie de Italia), según un informe de la plataforma Global Forest Watch (GFW). Una de sus conclusiones es que los incendios han desplazado a la agricultura como el principal responsable de la pérdida forestal, llegando a suponer casi el 50%. Y todo esto a pesar de que en la Cumbre del Clima de 2021 (la COP26), 141 países se comprometieron a detener la pérdida de bosques para 2030 al firmar la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre Bosques y Uso de la Tierra.
Entre los firmantes está España, donde el año pasado resultaron afectadas 47.711 hectáreas de superficie forestales por 4.401 conatos (inferiores a 1 hectárea) y 1.733 incendios (superiores a 1 hectárea), según los datos provisionales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Estas cifras son inferiores a las de 2023, cuando los incendios forestales afectaron a 89.136 hectáreas. Y en los cuatro primeros meses de este año, la superficie afectada se ha situado en 7.228,7 hectáreas, frente a las 16.309 del mismo periodo de 2024. Si se tiene en cuenta que una hectárea son 10.000 metros cuadrados, o sea poco más que un campo de fútbol... hagan el cálculo… y salen muchísimos campos.
En 2024, resultaron afectadas 47.711 hectáreas de superficie forestales por conatos e incendios, frente las 89.136 hectáreas del año anterior; y en los cuatro primeros meses 2025, la superficie afectada ha sido 7.228,7 hectáreas

Hace casi dos años, un estudio de la revista Nature estimó que había alrededor de 3 billones de árboles en el mundo, lo que equivalía a casi 400 árboles por cada habitante. En nuestro país, el tercer Inventario Forestal Nacional (IFN3) contabilizó más de 7.000 millones de árboles. Todo esto no es baladí, pues más de un experto considera que los árboles funcionan como sumideros naturales de dióxidos de carbono (CO2), por lo que ayudan en el tema de las emisiones y en el camino hacia las cero emisiones netas de carbono para 2050, en línea con la ONG especializada en la conservación del medio ambiente WWF, que afirma que los árboles “son una gran fábrica de oxígeno y absorben buena parte del dióxido de carbono que se emite a la atmósfera”. Y por todo ello, cada vez se impulsan más actividades de reforestación y de reutilizaciónforestal en las zonas afectadas por incendios y en otras muchas, pero también es importante trabajar en la prevención, pues muchos de los incendios del verano se ‘apagan’ en invierno gracias a tareas de prevención.
Los incendios son los responsables del 50% de la pérdida mundial de bosques, pero hay otros aspectos que contribuyen a que la cifra aumente, como: la sequía, las altas temperaturas, las tormentas eléctricas, el mal estado de conservación de muchos montes (faltan cortafuegos y muchos no están limpios, hay árboles secos y hasta se multa la recogida de piñas que caen de los pinos), el descenso de la ganadería extensiva y la despoblación rural. Cuando se produce un incendio, los primeros pasos se dirigen a proteger el suelo con los propios restos o con paja para evitar una mayor erosión y se colocan a modo de barrera para impedir arrastres a los cauces de arroyos y ríos. También se procede a retirar la madera más afectada, la cual es bueno que se trocee donde se recoge para facilitar su transporte y que se queden parte de semillas y otros componentes para enriquecer el suelo quemado; y además, se debe tener en cuenta que hay especies que pueden rebrotar (como la encina) y otras no (el enebro y la mayoría de pinos, por ejemplo).
La ONG especializada en la conservación del medio ambiente WWF afirma que los árboles “son una gran fábrica de oxígeno y absorben buena parte del dióxido de carbono que se emite a la atmósfera”
En algunos lugares que sufren incendios, se habían subastado ventas de lotes de madera con anterioridad, por lo que se procede a recoger la madera afectada ante el riesgo de que surjan plagas de insectos perforadores. En función de su estado, se destina a un aprovechamiento maderable (para mobiliario e industria textil -donde se usa, sobre todo, la viscosa, una fibra vegetal que procede de la celulosa de gran variedad de árboles y plantas-) o a biomasa (bien como astilla preparada para combustión o para pellets). Estos dos usos generan ingresos y la normativa fija que las administraciones destinen el 30% de lo obtenido a tareas de reforestación.

Tras los primeros pasos para proteger el suelo después de un incendio y la retirada de la madera afectada, toca planear la reforestación, que a veces comienza en meses y otras en años. Así se ha podido ver en las zonas que resultaron calcinadas por un incendio que arrasó más de 18.500 hectáreas de superficie forestal en el entorno de Bejís (Castellón), cuya reforestación empezó hace cuatro meses en el municipio de Teresa (Castellón) por parte de la plataforma ciudadana Oriwa. De hecho, se comenzaron a instalar cajas nido y se plantaron pimpollos (árboles nuevos) de especies autóctonas, así como sistemas de riego diferentes para ver cual resulta más adecuado.
Al hilo de las replantaciones, no siempre lanzar las semillas desde el aire o plantarlas manualmente es tan efectivo como se piensa. Por ello, cabe destacar un invento creado en noviembre de 2022 por un grupo de estudiantes del grado de Ingeniería en Diseño Industrial y Desarrollo de Productos de la Universidad Politécnica de Valencia: Disperseed, una cápsula de semillas comestible, biodegradable e impresa en 3D que favorecerá la diversidad de especies vegetales y ayudará a reforestar los bosques devastados por los incendios con mayor celeridad. Disperseed tiene forma de esfera y es de un color rojizo llamativo para que las aves la confundan con frutos silvestres carnosos y la ingieran. Con este invento se apuesta porque sea la propia naturaleza la que haga el trabajo de plantar, en concreto, a través de las aves y su labor de ornitocoria: es decir, la dispersión de semillas a través de su pico, plumas, patas, intestinos y excrementos.
En la pérdida mundial de bosques, los incendios son responsables del 50%, pero también contribuyen: la sequía, las altas temperaturas, las tormentas eléctricas, el mal estado de conservación de montes, el descenso de la ganadería extensiva y la despoblación rural

La tecnología se ha ido convirtiendo en un elemento clave no sólo para reforestar, sino también para prevenir. Así se puede ver, por ejemplo, en Olocau (Valencia), en pleno Parque Natural de la Sierra Calderona, donde se ha implementado el sistema de detección temprana de incendios Bseed Watch, que ha desarrollado la empresa especializada en extinción y prevención de incendios forestales Pyro junto al proveedor de servicios del Internet de las Cosas (IoT) UnaBiz. Se trata de un sistema que combina sensores forestales conectados por la red Sigfox 0G, cámaras de detección y verificación, análisis de imágenes por Inteligencia Artificial (IA) y detección satelital. De esta forma, el municipio valenciano dispone de datos detallados sobre temperatura, humedad, concentración de gases y otros parámetros para evaluar el riesgo de incendio y la velocidad estimada de propagación del fuego.
Un sistema efectivo, como se pudo comprobar en la campaña de 2024, al detectarse con éxito incendios en sus primeras fases permitiendo una intervención rápida, prever el riesgo de otros con hasta diez días de antelación y también reducir el tiempo de respuesta de los equipos de emergencia. Esta buena experiencia con el Bseed Watch ha llevado a que también se adopte en otros municipios vecinos de Olocau, como Serra, y se extienda a 16 municipios de la Sierra de Espadán (Castellón). Además, este sistema, en colaboración con el operador de satélites Hispasat, se implementó en Alpedrinha (Portugal) y en los municipios de Nuñomoral (Extremadura) y Allande y Grandas de Salime (Asturias), entre otros.
La tecnología se ha ido convirtiendo en un elemento clave no sólo para reforestar, sino también para prevenir. Así se puede ver, por ejemplo, en Olocau, donde se ha implementado el sistema de detección temprana de incendios Bseed Watch desarrollado por Pyro y UnaBiz

En el tema de la reforestación y la reutilización forestal, se implican cada vez más actores, no sólo ciudadanos, administraciones públicas y ONGs, sino también empresas. Un ejemplo se ve en Carrefour, que hace unas semanas ha culminado una nueva edición del programa ‘Comprometidos con nuestros bosques’, en el que se han plantado más de 62.000 árboles en 210 hectáreas, y así permitirán absorber 90.000 toneladas de CO2 entre las tres ediciones celebradas. Asimismo, dentro de la apuesta por la regeneración de la biodiversidad, se han creado nuevos hábitats para especies autóctonas: 70 cajas nido para aves insectívoras, 12 nidos para golondrinas, madrigueras para pequeños mamíferos y se ha restaurado una balsa para generar un lago artificial destinado, sobre todo, a aves esteparias. Dicho programa “es mucho más que un proyecto de reforestación; se trata de una apuesta de futuro apoyando la biodiversidad, con la creación de ecosistemas resilientes.
La reforestación forma parte de la estrategia de muchas empresas en su camino hacia la descarbonización, pues la apuesta por las energías renovables no basta para reducir emisiones y se opta por la captura de CO2 teniendo en cuenta que los árboles lo absorben. Así se puede ver en Apple, que en los últimos años ha colaborado con distintas asociaciones para replantar más de 10.000 hectáreas en una zona del suroeste de Brasil, donde no sólo se recuperen los bosques, sino que también vuelva la fauna local (conejos, pumas…), y el programa es ambicioso porque busca restaurar casi 300.000 hectáreas de terrenos degradados de Brasil, Uruguay y Chile. Apple no sólo contribuye con dinero, sino también a nivel tecnológico (por ejemplo, monitorizando el proyecto y midiendo el diámetro del tronco de los árboles), y así avanza en descarbonización, reduce emisiones y afronta menores pagos por las mismas.
Apple tiene un programa ambicioso porque busca restaurar casi 300.000 hectáreas de terrenos degradados de Brasil, Uruguay y Chile; y no sólo contribuye con dinero, sino también a nivel tecnológico
Las empresas, a menudo, cuentan con la ayuda de organizaciones en sus iniciativas de reforestar. Entre ellas, se encuentra Reforesta, una asociación sin ánimo de lucro fundada en 1991 que promueve el desarrollo sostenible, priorizando la recuperación de la vegetación y la lucha contra la desertificación. Entre sus actividades, destacan las relacionadas con la educación ambiental, la conservación y restauración de bosques, y la mitigación y adaptación al cambio climático. Por ello, colabora con iniciativas de voluntariado corporativo, de inserción laboral de personas en riesgo de exclusión y también propone un curioso obsequio por Navidad o en eventos de empresas (a través de ‘Regala un árbol’, con una tarjeta-regalo donde se acredita que un árbol será plantado y cuidado en un espacio natural protegido).

Por su parte, Retree también ayuda con la sostenibilidad a empresas y organizaciones. Dado que el 74% del territorio español enfrenta riesgo de desertificación, priorizan la reforestación de las zonas más vulnerables, usando especies arbóreas y arbustivas autóctonas, y aprovecha su aprendizaje e inversión en I+D+i para seleccionar las variedades más resilientes al cambio climático y que mejor se adapten.
Reconecta es un proyecto promovido por diferentes organizaciones e instituciones (entre ellas, la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la Unión Europea), con una larga experiencia en la conservación de la naturaleza, en la dinamización y la participación social, en la investigación de los recursos naturales, y en el fomento del emprendimiento. Entre sus iniciativas para reactivar el medio rural forestal, recientemente, Reconecta ha lanzado herramientas para revitalizar modelos de negocio sostenibles en fincas forestales privadas de Cuenca, Soria y Teruel, pero la idea es replicar las soluciones eficaces en todo el territorio español. Dado que hay miles de personas que son dueñas de terrenos forestales sin saberlo, dejando millones de hectáreas sin gestión, elevando el riesgo de incendios y de plagas, así como pérdida de biodiversidad y desaprovechamiento de recursos clave que podrían reactivar la economía rural, Reconecta identifica a los propietarios y promueve una gestión sostenible de estos montes privados, ofreciendo oportunidades de emprendimiento, asesoramiento y acompañamiento directo.
Entre sus iniciativas para reactivar el medio rural forestal, Reconecta ha lanzado herramientas para revitalizar modelos de negocio sostenibles en fincas forestales privadas de Cuenca, Soria y Teruel, pero la idea es replicar las soluciones eficaces en todo el territorio español
Otro iniciativa reseñable es ‘Apadrina un árbol’, lanzada hace unos meses por el Ayuntamiento de Jaén para que ciudadanos, empresas y colectivos puedan contribuir a reforestar la ciudad. Para sumarse, los interesados deberán consultar el listado de especies que se necesitan (en el que figuran aligustres matrizados, naranjos, palmeras, olmos, moreras sin fruto y almeces).

En una línea similar surgió la organización Apadrinaunolivo.org, con el objetivo de recuperar olivos centenarios, revitalizar el medio rural, generar empleo y preservar el patrimonio natural y cultural. Hace unos meses, les llegó un nuevo socio: Ener2Crowd, una plataforma de inversión en energías sostenibles. Así surgió el programa de reforestación Bosque de la Energía de Ener2Crowd, donde por cada 500 euros que los inversores destinen a proyectos de la citada plataforma, esa destinará una parte a Apadrinaunolivo.org. “La misión de Ener2Crowd es apoyar la transición energética en nuestro país y contribuir de forma concreta a la lucha contra el cambio climático a través de inversiones en proyectos 100% verdes que ayuden a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera”, ha explicado Alessandro Miori, country manager de Ener2Crowd en España. “Para dar aún más valor a las decisiones de nuestros inversores, Ener2Crowd reconoce y premia las acciones sostenibles llevadas a cabo por los usuarios incluso fuera de nuestras paredes. Seguimos seleccionando socios cuyos valores coinciden con los nuestros y que trabajan juntos para reducir las emisiones que cambian el clima y construir un futuro sostenible, como Apadrinaunolivo.org”, ha añadido Miori.
En este contexto de pérdida de masas forestales, reforestar no es la única propuesta. Ecovidrio, la entidad sin ánimo de lucro dedicada a gestionar la recogida selectiva de residuos de envases de vidrio, también ha planteado otras medidas, como: reducir el uso de papel porque más de un tercio de la tala de árboles en el mundo se destina a fabricar papel y cartón, a través de digitalización, imprimir sólo lo absolutamente necesario y optar por servilletas de tela, toallas de baño y productos de limpieza reutilizables; usar papel reciclado; consumir productos sin aceite de palma, pues la expansión de las plantaciones de palma aceitera es una de las principales causas de deforestación en países tropicales como Indonesia y Malasia; o comprar muebles de segunda mano, por ejemplo, accediendo a muebles antiguos de calidad mucho más duraderos que los actuales.
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