La eliminación del carbón del 'mix' de generación, que dejará de tener presencia en 2022 dentro de los objetivos de descarbonización a 2050, es la meta que persigue Endesa, compañía que, históricamente, ha tenido en el carbón su núcleo de negocio.

Explicaba recientemente su consejero delegado, José Bogas, que la empresa se propone la “descarbonización de nuestra generación, al tiempo que contribuimos a la garantía de suministro; la electrificación de la demanda, con el cliente como foco de nuestro trabajo; el desarrollo de redes eficientes e inteligentes, y el continuo avance en digitalización como vía hacia la mejor atención al cliente, la eficiencia y a la generación de nuevos negocios”.

En Compostilla, el proceso de desmantelamiento tendrá una duración 48 meses y el presupuesto total de gasto superará los 62 millones de euros

Este proceso de prescindir del carbón y la apuesta por las energías renovables “son los pilares básicos de la contribución de Endesa en la lucha contra el cambio climático”, explica la propia compañía.

Actualmente cerca del 60% (59,2%) de la producción limpia de la compañía está libre de emisiones y ya se cuenta con 7.452 MW de potencia instalada renovable. Endesa prevé que en el 2050 el 100% de la energía generada sea de fuentes renovables. De hecho, en el 2019 consiguieron que el 59% de las emisiones fuera libre de CO₂.

Totana panelesEndesa opta así por la renovación de sus fuentes de energía, abandona el carbón pero “no a sus zonas”. “Al tiempo que trabajamos para impulsar el cambio de modelo energético, tenemos el compromiso de contribuir a que la transición hacia una economía sin emisiones sea justa y trabajamos para paliar las consecuencias que pueda tener este cambio de modelo en el ámbito económico, ambiental y social. Ese es el objetivo de los planes Futur-e que estamos impulsando en el entorno de las centrales térmicas que se encuentran en fase de cierre de actividad”.

Andorra y Compostilla

Endesa ha recibido el visto bueno para el cierre de sus centrales de Andorra, en Teruel, y de Compostilla, en León, y espera el permiso para cerrar las plantas de As Pontes, en A Coruña, y de Litoral, en Almería. Según destacan desde la compañía, su estrategia contempla no sólo cambiar carbón por renovables sino lanzar sus propios proyectos industriales no energéticos.

En la central de Andorra, los trabajos de desmantelamiento se prolongarán durante 48 meses y generarán 140 empleos. El 80% de los trabajadores que participarán en las labores de desmantelamiento serán de Andorra y de localidades próximas a la central. El gasto al que tendrá que hacer frente Endesa para dejar el emplazamiento en condiciones de poder afrontar técnicamente el desarrollo renovable previsto para la zona será superior a 60 millones de euros.

Endesa se ha comprometido a respetar los puestos de trabajo en cada una de las centrales 

El proceso se realizará en paralelo a la instalación en el perímetro de la planta del primero de los megaproyecto renovable del Plan Futur-e de Endesa, un plan voluntario diseñado bajo el prisma de la economía circular y la sostenibilidad. Así, la compañía desarrollará una nueva planta, con una potencia conjunta de 1.725 megavatios y 1.487 millones de euros de inversión, aprovechando los alternadores de la actual planta de carbón. Este nuevo proyecto generará más de 1.500 empleos de media anual durante la fase de construcción y 50 empleos para la operación y mantenimiento.

En Compostilla, ubicada en pleno Bierzo, y muy cerca de Ponferrada, el proceso de desmantelamiento tendrá una duración 48 meses y el Presupuesto total de gasto superior a 62 millones de euros.  La intención de la compañía es impulsar proyectos renovables con una potencia de hasta 700 megavatios, dentro de la propuesta del Plan Futur-e diseñada para este emplazamiento.

Desde la compañía subrayan que todos los desmantelamientos van a realizarse siguiendo un esquema de “Desmantelamiento Integrado” y los criterios de Economía Circular “lo que permitirá por ejemplo, reutilizar algunos de los edificios e instalaciones dentro de los proyectos de industrialización que se están trabajando en algunas de ellas; el estudio de proyectos empresariales de recuperación in situ de los residuos generados en esos desmantelamientos; o el propio uso de los actuales emplazamientos para acoger nuevas iniciativas empresariales”.

Carboneras y As Pontes

Respecto a las centrales de Litoral, en Carboneras (Almería) y As Pontes (A Coruña) la compañía ha decidido adelantar su cierre “debido”, explica, “al cambio de las condiciones en el mercado energético”.

Mujer de espaldas con molinos de fondo

En el caso concreto de Carboneras, Endesa quiere instalar 1.520 megavatios de nuevas fotovoltaica y eólica en Almería, con una inversión por encima de los 1.200 millones de euros, generando unos 700 empleos directos de media anual durante los seis años de construcción y 110 para la operación y mantenimiento durante los siguientes 25 años.

Los planes para As Pontes, pasan por el desarrollo de hasta 1.505 megavatios de nueva capacidad eólica hasta 2026, con una inversión de unos 1.581 millones de euros y una generación de 1.250 empleos.

Compromiso con el empleo

Endesa se ha comprometido a respetar los puestos de trabajo en cada una de las centrales y tiene ya en marcha un proceso de recolocación para el crecimiento en el desarrollo de renovables.

“La reorganización de las actividades se ha realizado a través de un proceso negociado acordado con los representantes sindicales que permitirá la salida voluntaria de un máximo de 577 empleados de Endesa afectados por el cambio de modelo energético”.

Actualmente cerca del 60% (59,2%) de la producción limpia de la compañía está libre de emisiones

Entre los planes de Endesa está también el de la formación y capacitación para mejorar la empleabilidad de la población local en los proyectos previstos en la zona. “Para las 4 plantas se formará a más de 2.000 personas en los distintos cursos que se están impartiendo”. 

La sostenibilidad en el municipio afectado por el cierre es otro de los objetivos a través de la contribución por ICIO (impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras) a los nuevos proyectos en la zona.