"Periodistas gripalizados". se escucha en el murmullo de 'cagatintas' españoles. Definición acertada. Y es que, con pose regia, Pedro Sánchez ha convocado a los plumíferos una hora antes de su rueda de prensa con el canciller alemán, Olaf Schulz y perpetra la conferencia de prensa en los jardines de la Moncloa, sin utilizar la preciosa sala de prensa climatizada en el interior, esto con una temperatura de -con permiso del calentamiento global- frío rasante del enero madrileño. 

El canciller Schulz sobre Ucrania: "la situación es grave. Hay que hacer todo lo posible por evitar una intervención militar". Igualito que Chamberlain

Pero no toda la culpa es de Sánchez. Entre los periodistas españoles preguntas pactadas, una práctica cuyo resultado es siempre el mismo: preguntas fáciles. El invento del consenso periodístico es un invento nefasto.

Pedro el vendedor nos informa de dos encomiables resultados de esta cumbre hispano-alemana: han decidido celebrar otra cumbre bilateral y han reforzado la interacción ente ambos países. Por ejemplo, España será el país invitado en la Feria del Libro de Francfort de este año. Verdaderamente increíble. Y todo gracias a Sánchez.

Se llaman a sí mismos socialdemócratas, no socialistas. Es como si el termino socialismo le diera vergüenza: la gente ya sabe lo que eso significa. Socialdemócrata suena mucho mejor.

El canciller alemán y el presidente español condenan a Djokovic. Y Sánchez, encima, utiliza a Nadal para su autobombo. ¡Te has lucido Rafa!

Sanchez cita a "mi amigo Olaf" (nada que ver con el muñeco de nieve de de Frozen), quien pretende devolver el respeto a los trabajadores, y cuando la gente quiere recuperar el respeto, la dignidad, mira hacia la socialdemocracia. Uno diría que mitra hacia el socialismo siempre en busca de la subvención, siempre conseguída con el dinero de los demás. Pero dejemos eso. Estamos hablando de un hermanamiento. 

Olaf y Pedro se funden en dos objetivos comunes: la sostenibilidad y al digitalización. Ojo, con predominio  "de la inversión publica", para que quede claro. 

Y para completar, ambos hablan de modificar las reglas fiscales, es decir, Maastricht, la senda de rigor impulsada por toda Europa en 1992, para evitar justo lo que ha ocurrido desde 2016: la política monetaria expansiva y al irresponsabilidad política máxima: gobiernos que gobiernan gracias a la emisión de deuda pública sin límites y a un Banco Central que les compra esa deuda. El primer aviso, con un IPC por encima del 5%, ya está aquí.

Lo más curioso es que todo esto, según el mago Sánchez, es compatible con la necesaria "sostenibilidad de las cuentas públicas".

Y encima, mucha energía renovable, nada de gas ni nuclear. Eso sí, Olaf es un alumnado aventajado de la estupidez de género: ya dice lo de todos y todas. 

Y todo público. La sostenibilidad porque tiene que serlo: nadie da un euro por ella. Pero, ¿la digitalización? El país líder en digitalización es Estados Unidos... y ha sido una digitalización radicalmente privada. 

Pero la infamia de esta rueda de prensa conjunta llega con la pregunta de un periodista alemán: 

Ucrania ha pedido armas a Alemania. Merkel se las negó... ¿y Scholz? 

Ojo al dato:  lo mismo. Y Sánchez asiente: lo importante es la desescalada. Para entendernos: Ucrania pide armas para defenderse de Rusia, Alemania y España le proporcionan consejos pacifistas

El canciller Schulz, igualito que Chamberlain en 1938, cede los Sudetes a Hitler. Atención a sus palabras sobre Ucrania "la situación es grave. Hay que hacer todo lo posible por evitar una intervención militar". Por eso, amenazo a Vladimir Putin con sanciones comerciales si invade Ucrania. 

Caradura inmensa del monclovita: vuelve a hablar del "extraordinario nivel de empleo en nuestro país", cuando somos el de más paro de Europa y de "consolidar el crecimiento económico" ¿Qué crecimiento? Todavía no hemos recuperado la situación pre-pandemia

Más coincidencias en estas dos almas gemelas. El canciller alemán y el presidente español alaban a Australia condenan a Novak Djokovic. Y Sánchez, encima, utiliza a Nadal para su autobombo y su diatriba contra el serbio. ¡Te has lucido Rafa!

Como postre, regresa la caradura 

Caradura inmensa del monclovita: vuelve a hablar del "extraordinario nivel de empleo en nuestro país", cuando somos el de más paro de Europa y de "consolidar el crecimiento económico" ¿Qué crecimiento? Todavía no hemos recuperado la situación pre-pandemia?   

Acabamos con vivienda. Sánchez, una vez más, miente. La futura ley de vivienda, así como el plan estatal, no es otra cosa que un atentado contra la propiedad privada. Si quiere dar vivienda los jóvenes que fomente la construcción de vivienda protegida y, además, que liberalice la construcción de edificios. 

Usted, Estado, ponga las infraestructuras y el resto déjeselo a la gente.