Hace unos días contábamos en Hispanidad el 'sarao' que montaba Sánchez a costa de su recién estrenada Ley de Memoria Democrática. Acompañado de 17 ministros, una presentadora y un grupo de música clásica en directo se plantaban en el Auditorio Nacional de Música donde entragaban 20 diplomas "a la reparación" de familiares víctimas del Golpe Militar, la Guerra Civil y la Dictadura y declaraba el 31 de octubre como día de recuerdo y homenaje.

Pues bien, parece que para Sánchez, las víctimas de ETA merecen otro reconocimiento distinto: así han recibido por correo la condecoración del Gobierno. La Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo, dependiente de Moncloa, ha sido la encargada de enviar las medallas y ahorrarse un acto que puede molestar a los socios de Gobierno de Sánchez. 

medallas

El estuche en el que iba la medalla de reconocimiento a las víctimas del terrorismo iba acompañado de una tarjeta que tenía apenas cinco líneas: "Me complace enviarle la medalla correspondiente a la insignia de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo que le ha sido concedida, con la que la sociedad española rinde testimonio de honor y memoria a todos aquellos que han padecido directamente la violencia terrorista".

"La insignia expresa de forma simbólica el necesario reconocimiento público, social y moral a su sufrimiento injusto, a su contribución a una convivencia pacífica y a su memoria", finaliza la carta. 

Una de las homenajeadas ha sido Maite Araluce, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. En 1976, vio como su padre, José María Araluce, era fusilado por ETA, además, mataron a su chófer y a los tres policías que le escoltaban. 

"Es muy triste que el reconocimiento de Interior por ser víctima del terrorismo te lo envíen por correos. Ni un acto de reconocimiento, ni una entrega digna… Mientras tanto, se permite que a los terroristas se les hagan actos de recibimiento y homenajes", criticaba Araluce en sus redes sociales. 

El reconocimiento de las víctimas de ETA dista mucho del ofrecido a las 'víctimas' de la Dictadura: hasta el tono y el reconocimiento es distinto, en uno se "rinde testimonio de honor y memoria", y en el otro se busca la "reparación", en uno se envía por correo y sin publicidad, y en para el otro se organiza un acto oficial con el Gobierno en su totalidad. Parece que para Sánchez hay víctimas de primera y de segunda.