Ha sido en una entrevista, en una entrevista con el Corriere della Sera. En ella, Francisco, sin justificar la invasión de Ucrania, y sobre todo, la crueldad del ejercito ruso, que ha condenado una y otra vez y que le ha enfrentado al patriarca ortodoxo moscovita, Cirilo I.

El caso es que el Papa ha 'coincidido' con Vladimir Putin en que la invasión de Ucrania es una respuesta -pésima respuesta- a los "ladridos de la OTAN" y ha asegurado, como hace el presidente ruso, que lo que busca Rusia con la anexión es una tierra de nadie, intermedia entre la OTAN y Moscú, una zona de seguridad, después de que, en Siria, fuera vetada su entrada en el consorcio de Occidente, no por su marxismo, sino por la negativa de Putin a aceptar la venenosa ideología de género occidental, a la que Putin respondió con su famosa frase: un hombre es un hombre y una mujer es una mujer.

Mientras, el G-7 se empeña en liquidar a Rusia económicamente, no para ayudar a Ucrania sino para imponer su economía en el mundo

En cualquier caso, ya tenemos el gran escándalo! La CNN ya se ha preguntado qué pretende Francisco blanqueando a Putin y otros medios progres se han conformado con su táctica habitual para manipular al Papa: cuando lo que dice se puede trocear en favor de sus tesis se aplican a ello con entusiasmo. Cuando por el contrario, lo que dice Francisco le hace aparecer como un papa conservador y retrógrado, se le silencia y en paz.

Rusia quiere un frontera de seguridad, asegura Francisco, al tiempo que el G-7, el poder en un Occidente antes cristiano y ahora corrompido por la ideología de género, la nueva lucha de clases que ha sustituido al marxismo, decreta la ruina de Rusia a través del embargo de su petróleo y de su gas. Moscú tiene misiles pero Washington tiene misiles, además, a Netflix y Disney.

La Unión Europea sólo juega el papel de monaguillo de Washington... y Francisco sabía perfectamente lo que quería decir

Por tanto la situación es esta: el 'escándalo' Bergoglio ha consistido en que Francisco reivindica a Rusia como parte del Occidente cristiano.

No se engañen: Francisco es muy consciente de la falsedad que el Nuevo Orden Mundial (NOM), que es básicamente Occidental, ha esparcido desde la guerra de Siria. En Siria, Occidente se empeñó en luchar contra el sirio Bashar Al Asad y Moscú fue quien le defendió, En definitiva, Putin acertó porque Al asad, con todos sus defectos, a lo que se estaba enfrentando era al Califato islámico, al ISIS, no a una pretendía oposición democrática, mientras Occidente, prisionero de su macedonia mental progresista, apoyaba a los mismos que iniciaron el siglo tumbando las torres gemelas.

Sin embargo, Francisco se ha dado cuenta de que la OTAN debería haberse disuelto tras la caída del Muro de Berlín y de que Rusia en general y Putin en particular, debieron ser ganados para Occidente, porque el enemigo del occidente cristiano, no es la Iglesia ortodoxa rusa sino el panteísmo ateo proveniente de China e India. Moscú es Occidente, Pekín y Delhi no.

Moscú tiene misiles pero Washington tiene misiles y, ahora, además, tiene a Netflix y Disney

Ojo, al mismo tiempo que ratifica la postura geoestratégica, que no militar, de Putin, el Papa condena la crueldad de Moscú. Ocurre, que también condena la ideología de género occidental, que atenta contra Cristo y contra la libertad del hombre. Y a lo mejor resulta que esta es su última batalla, porque su salud se encuentra seriamente deteriorada y porque nos aproximamos a un casi inevitable cambio fin de ciclo histórico.

Mientras, el G-7 se empeña en liquidar a Rusia económicamente, no para ayudar a Ucrania sino para imponer su economía a Rusia, talibanismo climático y política feminista y abortistas incluidos.

¿Y la Unión Europea? Sólo es el monaguillo de Washington en la Guerra De Ucrania.

No, el Papa no se equivocó en su entrevista con el Corriere della Sera. Sabía muy bien lo que quería decir, a pesar de que las presiones que me dicen está recibiendo para que rectifique le lleven a algún tipo de matización formal. A lo mejor se ve obligado a hacerlo para parar el escándalo, pero manteniendo la doctrina, como cuando dijo aquella gran verdad de que el feminismo es machismo con faldas y luego se vio obligado a asegurar que había sido un broma. Pero ojo: lo dicho dicho está. No se le calentó al boca: sabía perfectamente lo que quería decir.