
Decíamos en Hispanidad que al presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, hay que reconocerle algo: tiene la gran y maravillosa habilidad de sacar de quicio a todo el progresismo con su mera presecia... y esto se agradece. Es más que evidente el giro de la Casa Blanca: se acabó el woke, el aborto y la ideología de género.
Y este mismo domingo, con motivo del Día de la Inmaculada, lo ha vuelto a demostrar. Trump se une con sus palabras a los que "celebran el 8 de diciembre como un día sagrado en honor a la fe, la humildad y el amor de María, madre de Jesús y una de las figuras más importantes de la Biblia".
El presidente señala la importancia de la festividad de la Inmaculada Concepción para los católicos, que la consideran "la liberación de María del pecado original como madre de Dios. Su primera aparición en la historia fue cuando, según las Sagradas Escrituras, el ángel Gabriel la recibió en el pueblo de Nazaret con la noticia de un milagro: "¡Salve, llena de gracia! El Señor está contigo", anunciando que "concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús"."
Trump señala esto como uno de los actos "más profundos y trascendentales de la historia", porque María "aceptó heroicamente la voluntad de Dios con confianza y humildad: «He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra»", esta decisión, señala el republicano, "cambió para siempre el curso de la humanidad. Nueve meses después, Dios se hizo hombre cuando María dio a luz a un hijo, Jesús, quien ofrecería su vida en la cruz por la redención de los pecados y la salvación del mundo".
"Durante casi 250 años, María ha desempeñado un papel fundamental en la gran historia estadounidense", sentencia Trump, que hace un repaso de la historia: "En 1792, menos de una década después del fin de la Guerra de Independencia, el obispo John Carroll -el primer obispo católico de Estados Unidos y primo de Charles Carroll, firmante de la Declaración de Independencia- consagró nuestra joven nación a la madre de Cristo. Menos de un cuarto de siglo después, los católicos atribuyeron a María la impresionante victoria del general Andrew Jackson sobre los británicos en la crucial batalla de Nueva Orleans. Cada año, los católicos celebran una misa de Acción de Gracias en Nueva Orleans el 8 de enero en memoria de la ayuda de María para salvar la ciudad".
Además, Trump señala cómo María está presente en el día a día de los americanos, con la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, ubicada en el corazón de la capital de nuestra nación, "honra a María como la iglesia más grande de Norteamérica". O el "himno atemporal "Ave María" sigue siendo apreciado por innumerables ciudadanos". "Ella ha inspirado la fundación de innumerables iglesias, hospitales y escuelas. Casi 50 universidades estadounidenses llevan el nombre de María. Y, dentro de unos días, el 12 de diciembre, los católicos de Estados Unidos y México celebrarán la inquebrantable devoción a María que se originó en el corazón de México -donde ahora se encuentra la hermosa Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe- en 1531. Al acercarnos a los 250 años de gloriosa Independencia de Estados Unidos, reconocemos y agradecemos, con total gratitud, el papel de María en la promoción de la paz, la esperanza y el amor en Estados Unidos y más allá de nuestras fronteras".
La figura de María también es admirada por Trump por su papel "en plena Primera Guerra Mundial", cuando el Papa Benedicto XV, líder de la Iglesia Católica Romana, encargó y dedicó una majestuosa estatua de María, Reina de la Paz, con el Niño Jesús en brazos y una rama de olivo, "para que los fieles cristianos se animaran a seguir su ejemplo de paz y orar por el fin de la horrible matanza. Apenas unos meses después, terminó la Primera Guerra Mundial".
"Hoy, volvemos a mirar a María en busca de inspiración y aliento al orar por el fin de la guerra y por una nueva y duradera era de paz, prosperidad y armonía en Europa y en todo el mundo", asegura el americano.
"En su honor, y en un día tan especial para nuestros ciudadanos católicos, recordamos las palabras sagradas que han brindado ayuda, consuelo y apoyo a generaciones de creyentes estadounidenses en tiempos de necesidad:
Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".










