El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha recibido con honores en la Casa Blanca al presidente de Filipinas Ferdinand Marcos Jr., conocido popularmente, como Bongbong Marcos, reflejando la importancia que la Administración Trump le da a la nación asiática.

Con ciento catorce millones de habitantes, Filipinas es el duodécimo país más poblado del mundo. Es también el único país del Sudeste Asiático, junto con Timor Oriental, de mayoría católica, y el único de los países más poblados de Asia que tiene mayoría católica y cristiana en general. Que Filipinas sea una nación cristiana es gracias a España, dado que durante más de tres siglos estuvo unida a nuestro país, primero con el Virreinato de Nueva España desde 1565 hasta 1821, y desde entonces hasta el final del siglo XIX como provincia española.

En el encuentro, Trump ha anunciado un acuerdo comercial con Filipinas, de tal forma que el arancel para los productos importados a Estados Unidos desde Filipinas será del 19%, algo inferior al 20% que inicialmente se había fijado, y superior al denominado arancel recíproco del 17% sobre las importaciones filipinas, anunciado en abril.

Tras el encuentro, Trump anunció: "Fue una visita maravillosa y concluimos nuestro Acuerdo Comercial, fue un gran honor estar con el presidente Marcos. Es muy respetado en su país, como debe ser. Además, es un negociador muy bueno y tenaz. ¡Les enviamos nuestros más cálidos saludos al maravilloso pueblo filipino!

Y además de las previsiones comerciales, Trump anunció que trabajarán militarmente de manera conjunta con Filipinas, una auténtica declaración de intenciones, para incrementar la red de aliados en la zona para contener a China en la región. No es un secreto que la amenaza de expansionismo del régimen comunista de Xi Jinping es una de las principales preocupaciones de la Administración Trump-Vance.

Recuérdese que el pasado mes de junio, en la Cumbre de Seguridad Asiática celebrada en Singapur, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, advirtió que China representa una amenaza "inminente" para la soberanía de Taiwán e instó a los países asiáticos a aumentar el gasto de defensa y trabajar con Estados Unidos para disuadir las aspiraciones territoriales chinas que podrían dar lugar a una guerra a una gran nivel en la región.

El acuerdo con Filipinas y otros acuerdos que está negociando la Administración Trump con diversas naciones asiáticas suponen que la Administración Trump está fortaleciendo la red de alianzas en la zona con un gran número de países que temen que la dictadura china siga creciendo en poder e influencia.