
El presidente de Estados Unidos Donald Trump ha dejado clara su visión para los próximos cuatro años de Gobierno desde el primer día que pisó la Casa Blanca. Uno de los puntos en los que el republicano siempre ha hecho mayor hincapié es en su lucha contra el wokismo y la ideología trans. Consiguiendo sacar a "los hombres de las competiciones deportivas de mujeres" y restaurando la política lógica "de que sólo hay dos géneros".
La sentencia de Tennessee se ha dictado con seis votos a favor y tres en contra. Al bloque conservador, conformado por Clarence Thomas, Samuel Alito, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett se sumó el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, cuyo voto suele ser siempre imprevisible. Por el contrario, las progresistas Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson votaron en contra.
Precisamente, Roberts fue el ponente del fallo, que confirma el Proyecto de Ley del Senado de Tennessee, que prohíbe el uso de bloqueadores de la pubertad, hormonas y procedimientos quirúrgicos para tratar la disforia de género y afecciones relacionadas en menores.
El juez Thomas describió en detalle los efectos secundarios nocivos de los bloqueadores de la pubertad y las hormonas cruzadas prescritas a adolescentes para tratar la disforia de género, incluidos cambios permanentes en las cuerdas vocales, infertilidad y un mayor riesgo de ciertos cánceres
Roberts indicó que los opositores a la ley, que afirmaban que la legislación discriminaba a los transgénero, malinterpretaron el contexto médico en el que se utiliza un tratamiento particular para una dolencia específica: “No excluye a ningún individuo de tratamientos médicos por su condición de transgénero. Más bien, elimina un conjunto de diagnósticos (disforia de género, trastorno de identidad de género e incongruencia de género) de la gama de afecciones tratables".
El juez Thomas describió en detalle los efectos secundarios nocivos de los bloqueadores de la pubertad y las hormonas cruzadas prescritas a adolescentes para tratar la disforia de género, incluidos cambios permanentes en las cuerdas vocales, infertilidad y un mayor riesgo de ciertos cánceres.
El frente progresista del Tribunal, por su parte, no analizó los aspectos médicos de los controvertidos tratamientos, sino que se centró en enfocar el caso desde la óptica de la discriminación.
La juez Sotomayor manifestó que la decisión del Alto Tribunal “hace un daño irrevocable a la Cláusula de Igualdad de Protección e invita a los Estados a participar en la discriminación al ocultar clasificaciones de sexo flagrantes a plena vista”.
“Las familias en todo nuestro estado y nuestra nación merecen soluciones basadas en la ciencia, no en la ideología. La histórica decisión de hoy reconoce que la Constitución nos permite cumplir el mayor llamado de la sociedad: proteger a nuestros niños”, señala el fiscal general de Tennessee, Jonathan Skrmetti
Desde el plano médico, el Doctor Stanley Goldfarb, presidente de Do No Harm, una organización que lucha contra los procedimientos transgénero para menores, manifestó que el fallo protege a los estados que promulgan “políticas de sentido común que protegen a los niños de procedimientos médicos peligrosos. La decisión debería poner fin al debate sobre leyes como la de Tennessee, y podría tener ramificaciones importantes para otras políticas de sentido común que resisten la ideología de género radical”.
El fiscal general de Tennessee, Jonathan Skrmetti, celebró el fallo defendiendo que “esta victoria trasciende la política. Se trata de niños reales de Tennessee que enfrentan luchas reales. Las familias en todo nuestro estado y nuestra nación merecen soluciones basadas en la ciencia, no en la ideología. La histórica decisión de hoy reconoce que la Constitución nos permite cumplir el mayor llamado de la sociedad: proteger a nuestros niños".
Nuevamente, Tennessee, un Estado del sureste del país, con más de siete millones de habitantes se erige en faro de la defensa de los valores tradicionales. Cabe recordar que este mismo año aprobó el cheque escolar.
El fallo de la más alta instancia judicial de la primera potencia mundial tendrá gran influencia, dado que otros veinte Estados más tienen leyes similares que prohíben los procedimientos transgénero para menores.