En esta crónica semanal sobre Hispanoamérica recogemos noticias destacadas acaecidas en la región compuesta por países hermanados en la Hispanidad (que tienen en común su fe cristiana, su cultura y su lengua y cuya patrona es la Virgen del Pilar) y tratando de defender los principios no negociables -vida, familia, libertad de enseñanza, bien común y libertad religiosa- establecidos por el Papa Benedicto XVI para una acción política basada en el humanismo cristiano. 

Esta semana empezamos en la República Dominicana, donde el pasado domingo 23 de noviembre se celebró el tradicional evento ‘Un paso por mi familia’ en su edición del año 2025. 

En un comunicado, la Arquidiócesis de Santo Domingo explicó el significado y la finalidad de este evento: “Cada noviembre, el Mes de la Familia y las Vocaciones invita a reconocer la grandeza de esta institución fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, y a celebrar el don de haber sido acogidos, amados y formados en el seno de nuestros hogares”. 

Se trata de un acto que proclama cada año "los valores que sostienen la vida familiar: fidelidad, responsabilidad, respeto, perdón, solidaridad, comunicación, vida, justicia, fraternidad y, este año de manera especial, la esperanza y la cultura del cuidado”.

En el manifiesto que se leyó, los convocantes exhortan "a que todas las decisiones del Estado estén alineadas con la protección de la vida y la familia, reafirmando su papel como pilar de la sociedad dominicana".

Nuestro siguiente destino es México, donde gobierna la presidenta Claudia Sheinbaum, perteneciente al partido Morena, una formación política ultraizquierdista empeñada en implantar en todo el país políticas contrarias a la ley natural, como la ideología de género o el aborto

En ese país, como ha venido contando Hispanidad, tanto el anterior presidente, Andrés Manuel López Obrador, como su sucesora y actual presidenta, Claudia Sheinbaum, han fracasado en sus políticas para combatir el crimen organizado, muchas veces vinculado a las narcobandas. Ambos son partidarios de aplicar la política de “abrazos, no balazos” contra los delincuentes, un buenismo que aprovechan estos para campar a sus anchas y cometer todo tipo de delitos. 

Y en ese contexto de impunidad ante el crimen, no es extraño que aparezca el satanismo, que fomenta la violencia y el odio, algo de lo que los mexicanos saben mucho. Por esa razón, y por el aumento del satanismo, la Iglesia católica mexicana ha decidido nombrar a un obispo “coordinador de exorcistas”, recoge Aciprensa

La iniciativa busca coordinar a los alrededor de 80 exorcistas en 44 de las cerca de 100 diócesis de México. Según el padre Andrés Esteban López Ruiz, subdirector de la Pastoral de Consolación y Ministerio de Exorcismo de la Arquidiócesis Primada de México, reconoció que hay preocupación “por el aumento de las prácticas del ocultismo, de la superstición, la magia, y acá en México pues todo lo que significa el culto a la llamada ‘Santa Muerte’, el culto a los ídolos, las formas de idolatría, la santería, las formas de no paganismo, de las prácticas de la nueva era”. 

“Una tentación es que el exorcista se vuelva autorreferencial, por ejemplo -como decía el Papa Francisco- y que se cierre, se quede ensimismado en sus propias experiencias, sus propias vivencias, sus propias opiniones, juicios, valoraciones”, añadió. 

Otra tentación, advirtió, es la del “protagonismo personal”, y subrayó que los exorcistas “simplemente hemos recibido un oficio particular y lo queremos hacer con toda la humildad y la caridad y la seriedad posible, pero sin ningún protagonismo”. 

“El único protagonista de la liberación es Jesucristo, nuestro Señor, que establece su reino y destruye el dominio de Satanás”, subrayó. 

Una muestra de esa violencia la sufría un sacerdote de la Arquidiócesis de Tijuana, Baja California (México). 

Se trata del padre Roldán Antonio Sánchez Gamboa, párroco de la parroquia Santísimo Sacramento en el municipio de Playas de Rosarito, que “fue víctima de un asalto donde resultó lesionado con arma blanca”, según explicó Mons. Villanueva Arellano, que añadió que el cura “se encuentra actualmente hospitalizado en terapia intermedia y atendido en lo correspondiente a su proceso de recuperación”.

Mons. Mario Villanueva Arellano denunció en un comunicado “el flagelo de las situaciones de inseguridad y violencia que se viven en nuestra sociedad y que afecta a nuestras familias y a cada persona en su integridad”.

Cabe recordar que, entre los años 2018 y 2024, fueron asesinados diez sacerdotes, según el informe Violencia contra sacerdotes, religiosos e instituciones de la Iglesia Católica en México, del Centro Católico Multimedial (CCM). 

El último, el padre Ernesto Baltazar Hernández, como recogió Hispanidad