El Parlamento europeo ha expulsado a su vicepresidenta, la griega Eva Kaili. Ha sido destituida por aceptar sobornos del principado de Catar, el feudo de la familia Al Thani. El progresismo controla Europa actual y el progresismo es muy hipócrita. Por eso el rasgado de vestiduras procedente de Bruselas y Estrasburgo resulta un espectáculo de lo más regocijante para los amantes de la ironía y una razón de peso para los que creen que urge la refundación de Europa.

Catar, un país radical -en capitalismo y en islamismo-. La socialista Iratxe García se cubre de ridículo hablando de ética: sólo se trata de alguien -un incontrolado- que ha puesto el interés personal por encima del bien común

Para empezar: ¿nos ensañamos con el sobornado y alabamos al sobornador? Porque Catar también debe ser castigado y puede serlo, y mucho, desde Bruselas.

Catar es un país radical -en capitalismo y en islamismo-, tan rico como peligroso. Sólo en España, la familia Al Thani, es el primer accionista de la aerolínea IAG, lo ha sido hasta anteayer, y sigue siéndolo, con un 5%, de El Corte Inglés, primer accionista de Iberdrola con un 9% y sigan ustedes contando.

Estos buenos señores se dedican a ridiculizar a Europa, sobornan a eurodiputados para mejorar su imagen en Europa. Es, por cierto, el mismo país que, como denuncia un día sí y otro también Israel, financia las actividades del grupo terrorista palestino, porque son terroristas, Hamas.

Está claro: Europa debe ser refundada.

Y si "esto no ha hecho más que empezar" entonces es que Europa debe refundarse... según sus principios y valores cristianos, que la última generación de gobernantes europeos ha masacrado

La segunda consecuencia que se extrae de esto es que los socialistas sigue siendo los más corruptos de Europa y de España, a pesar de su imagen arcangélica en algunos países... como España. Porque resulta que la vicepresidenta sobornada es socialista y la portavoz socialista en el Europarlamento, la española Iratxe García, se ha cubierto de ridículo hablando de ética y aludiendo a la vetusta teoría del 'incontrolado': sólo se trata de alguien que ha puesto el interés personal por encima del bien común.

Como definición no está mal pero recuerden que las palabras de doña Iratxe no hacen otra cosa que introducir de nuevo en el mundo de la izquierda el concepto de "incontrolado". Es decir, en los asesinatos, robos, violaciones y humillaciones varias de los muy democráticos republicanos, la mayoría socialista, durante la II República y la Guerra Civil española ninguna culpa tuvo el PSOE ni los gobiernos de izquierda. Eran fruto de unos "incontrolados", casualmente socialistas. Por contra, fue el mismísimo Franco, con crueldad inusitada, el que asesinó, con sus propias manos, a todos los inocentes ciudadanos pacíficos que se encontró en su camino.

Si el enemigo se pasa, se lo imputo a todo el régimen enemigo, si se pasan los míos, se trata de unos incontrolados o una griega incontrolada -encima guapa- que antecedió el lucro personal al bien común. Pero el partido, que conste, continua sin mancha.

Bruselas ha perseguido a los dos únicos socios que quieren seguir gobernando en cristiano: Polonia y Hungría; refundemos la Unión Europea. Con carácter de urgencia

Que no, doña Iratxe, que el socialismo europeo tiene una historia de corrupción muy superior al de la derecha europea... que ya es decir. Señá Iratxe: lo de la incontrolada Eva Kaili... no cuela.

La guinda la puso la presidenta del Parlamento europeo, Roberta Metzola, una mujer con pocas ideas pero confusas y muy arraigadas, con su coletilla: "esto no ha hecho más que empezar".

Pues mire usted, señora Metzola, si eso es así, entonces es que Europa debe refundarse y casi refundirse. Y debe hacerlo, como en toda refundación, volviendo a su origen, a los principios cristianos que inspiraron al fundador, Robert Schuman, valores que la última generación de gobernantes europeos ha masacrado. No, no sólo los ha olvidado; ha querido silenciarlos, anularlos y fagocitarlos, hasta el punto de perseguir a los dos únicos socios que quieren seguir gobernando en cristiano: Polonia y Hungría.