Tal y como recogió Hispanidad, el nuevo primer ministro polaco, el liberal-progre tipo pepero Donald Tusk, ha anunciado como prioridades de su nuevo Gobierno la legalización del aborto hasta la semana 12 de gestación y la venta sin receta de la "píldora del día después" -todas son potencialmente abortivas- a las mayores de 15 años.

En Polonia, desde 1993, el aborto era legal en tres supuestos: violación, amenaza para la vida o la salud de la madre y también en una situación de "alta probabilidad de defecto grave e irreversible del feto o enfermedad incurable que amenace su vida". Como ocurre siempre, los dos últimos supuestos se convirtieron en un auténtico coladero para practicar abortos.  

Pero el partido Ley y Justicia -el anterior gobernante- interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra el aborto eugenésico y el 22 de octubre de 2020, el Tribunal Constitucional polaco sentenció que este era inconstitucional, convirtiendo el aborto en Polonia en prácticamente ilegal. Esta sentencia entró en vigor el 27 de enero del año 2021 y trajo como consecuencia que, en 2021, el número de abortos legales cayó en Polonia de más de mil a 107. 

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Y ahora, el ultraprogre Donald Tusk -muy parecido al PP en España- quiere implantar una legislación en Polonia mucho más abortista, con las reformas citadas.

Ante ello, la Conferencia Episcopal Polaca (CEP) ha publicado una carta en la que afirma que "nadie, en nombre de la libertad personal, tiene derecho a decidir sobre la vida de otro ser humano". 

“La vida de una persona humana nueva y única comienza en la concepción, es decir, en la fusión de las células de la madre y del padre. A partir de ese momento, todo ser humano debe tener pleno derecho a la protección de la vida”, añaden los obispos. 

Y recuerdan, entre otras cosas, las palabras de San Juan Pablo II en la encíclica Evangelium vitae (101): “No puede haber verdadera democracia sin el reconocimiento de la dignidad de cada persona y sin el respeto de sus derechos”. Y también las palabras del Papa Francisco, que dijo a los polacos el 20 de marzo de este año: “Que Polonia sea una tierra que proteja la vida en cada momento”.

Destacan que el derecho de toda persona a la vida está protegido por la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Carta de Derechos Fundamentales de la UE y la Constitución y disposiciones legales polacas. “Es un principio elemental inscrito en la naturaleza humana que no debe ser violado”. Los obispos señalan que actualmente asistimos a “una presión creciente para cambiar la protección jurídica de la vida humana hacia la legalización del asesinato del niño en el útero”. “Esto es muy preocupante y extremadamente peligroso para la seguridad pública. Toda persona de buena voluntad debería oponerse a ello”.

Destacan que la vida, “como valor supremo de todo ser humano y elemento fundamental del bien común, es un bien fundamental que prevalece sobre la libertad individual de los demás”. “Nadie, por tanto, en nombre de la libertad personal, tiene derecho a decidir sobre la vida de otro ser humano”.