Pedro Sánchez ha tenido un nuevo percance con el protocolo, después de que en su visita a Marruecos le plantaran la bandera del revés y de que ocurriera lo mismo en la cumbre de la OTAN que España organizaba. Y es que el presidente está nuevamente de gira, su primera parada ha sido para visitar al presidente comunista, ultra-abortista y exguerrillero Gustavo Petro. Después de su reunión, hicieron una declaración conjunta en el palacio presidencial de Bogotá, donde Sánchez fue presentado así: "En ese momento hace su ingreso el señor presidente de la República de Colombia, el doctor Gustavo Petro, acompañado del señor presidente de la República del Gobierno de España". Aquí tienen el vídeo, minuto 2:43, merece la pena. 

Pero es que la cosa no queda ahí, es que Sánchez se parte de la risa cuando ocurre, con esa cara de cínico a la que ya nos tiene acostumbrados. Y esto, casualidades de la vida, claro está, ocurre semanas después de la trampa que Petro le pusiera al Rey de España con la espada del traidor de Bolívar, y de las críticas de Podemos porque don Felipe no se levantó

Y más casualidades, esto ocurre el mismo día que tenemos al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños en París, invitada por la alcaldesa socialista Anne Hidalgo, para acudir a los actos oficiales organizados con motivo del 78 aniversario de la Liberación de París en homenaje a los combatientes republicanos españoles. Y los españoles tenemos que ver al abanderado de la Memoria Histórica, Bolaños, rodeado de banderas republicanas ¡españolas! Vamos, que a Bolaños le da exactamanete igual la constitucionalidad de las banderas. 

En resumen, nos rendimos a Mohamed y nos pone la bandera del revés, casualidad, pasa lo mismo en una OTAN organizada por España, también casualidad, Petro intenta humillar al Rey, por supuesto, casualidad, también Petro ensalza a Sánchez como presidente de la República de España, casualidad, claramente, y Bolaños se rodea de banderas republicanas españolas en París, ciertamente otra casualidad. 

Y para quien no crea en casualidades, desde Hispanidad ya lo hemos denunciado: Pedro Sánchez necesita una monarquía dócil, sumisa, que no ponga pegas a su gobierno guerracivilista, y una monarquía sin principios, a veces decididamente inmoral, es lo que necesita un republicano como Sánchez y sobre todo, un presidente ególatra, que no admite otro Rey que a él mismo, y parece que lo ha conseguido.