Israel es la demostración de que la necesidad agudiza el ingenio y que un país que lucha por su supervivencia es capaz de inventar nuevos tipos de ataque y de defensa frente al fanatismo islámico, el presidente del Gobierno español se volvía a cubrir de ridículo con otra de sus puestas en escena: recibía con todos los honores y las cámaras de TV por delante, al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, para que ambos pregonarán juntos la ya vetusta teoría de los dos Estados como solución al conflicto de Oriente Próximo.

Nuestra vocación es divertir instruyendo: Abás aprovechó que el Pisuerga pasa por Valladolid para solicitar una nueva conferencia de paz de Madrid. Ya saben, aquella que protagonizara Felipe González en 1991. Sí pero con una pequeña diferencia: González se cuidó mucho de que una conferencia de paz entre judíos y palestinos fuera protagonizada por ambos Estados, porque se necesitan ambos bandos en liza para firmar una paz.

La vergüenza del Washington de Joe Biden y Kamala Harris es que, frente a Rusia, los muertos los pone Ucrania y frente al fundamentalismo islámico, tanto sunita como Chiíta, las bajas las pone Israel. Estados Unidos ha pasado de salvador del mundo libre a sanguijuela de Occidente

Ahora, sin embargo, Sánchez pretende ser el protagonista de un acto y convocar una conferencia de paz con un sólo bando e injuriando al otro. Para mí que no va a tener mucho éxito,

Encima, a Abás no le quieren ni los palestinos, cada día más radicalizados en torno a Hamás. Por eso, Israel no sólo ha entrado en Gaza sino también en Cisjordania, el territorio de la ANP.

Pero Abás ha aprovechado para reivindicar un Estado palestino con Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Mucho más que eso les dio la ONU en su día y los palestinos respondieron igual que hoy: rechazaron los dos Estados y exigieron y mataron por un único Estado palestino, desde el río al mar (desde el Jordan al Mediterráneo). Es decir, aniquilando al Estado de Israel.

Esto es lo que el ligeramente ególatra Pedro Sánchez esta defendiendo en su afán por ser la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro.

El mexicano-libanés Carlos Slim se entrevistó con el Papa Francisco: me sorprendería mucho que no hubieran hablado de El Líbano cristiano

En el entretanto, Israel bombardea Líbano con todo tipo de novedades bélicas, haciendo estallar busca-personas o 'Walkie-talkies'... y no olviden que en Líbano hay 10.000 cascos azules españoles.

 

 

Netanyahu es muy consciente de que Estados Unidos no puede hacer otra cosa que apoyarle porque la cobardía no sólo se ha instalado en Europa sino también al otro lado del Atlántico. La vergüenza del Washington de Joe Biden y Kamala Harris es que, frente a Rusia, los muertos los pone Ucrania y frente al fundamentalismo islámico las bajas las pone Israel. El Estados Unidos de hoy no es el salvador del mundo libre sino la sanguijuela de Occidente.

Más: el mexicano-libanés Carlos Slim se entrevistó con el Papa Francisco: me sorprendería mucho que no hubieran hablado de El Líbano. Slim, cuyas inversiones en España, alrededor de FCC, son cuantiosas, es cristiano y sus antepasados, como tantos otros cristianos maronitas, tuvieron que abandonar la llamada Suiza de Oriente Próximo ante la represión islámica, que primero pedía humanidad con los refugiados y luego, alcanzó el poder y expulsó a los cristianos. En la capital, Beirut, como vasallo del sunismo de Arabia Saudí y en el sur como vasallo de Irán, vía Hezbolá. Es decir, un Líbano esclavizado por las dos cristofobias más violentas del mundo.

En el entretanto, Sánchez hace el ridículo, dando protagonismo a un líder como Mahmud Abás, a quien repudian hasta los palestinos y pregonando la receta de los dos Estados... que es la solución que los palestinos han negado durante décadas. De postre, pretende la paz entre dos injuriando a uno de ellos

Me sorprendería que Slim no hubiese hablado con el Papa del Líbano cristiano porque la solución consiste en que El Líbano islamizado vuelva a ser el floreciente Líbano cristiano... pero ese no es el objetivo de Israel. El objetivo de Netanyahu, que no le tiene ningún cariño a los católicos, porque no es un hebreo sino un sionista, consiste en convertir a El Líbano en un Estado fallido, en permanente guerra civil consigo mismo. Así dejarán en paz a Israel.

Nada le gustaría más al premier israelí que convertir el Líbano en un campo de guerra y en un festival de violencia permanente entre sunitas y chiítas, con el Estado islámico y los restos del Gobierno sirio en enfrentamiento perpetuo.

Netanyahu ha aprendido que invadir Líbano fue un error. Lo que hay que es hacer es activar todo su fanatismo islámico, de Riad o de Teherán (más peligroso aún el árabe que el persa, aunque parezca lo contrario) y, si Hezbolá se siente fuerte que intenten ellos invadir Israel desde el Norte.