Sudán sufre un grave enfrentamiento civil desde hace días, tras estallar combates entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés), un grupo paramilitar legalizado en Sudán. El Ejército actúa bajo el mando del actual presidente, el general Abdel Fattah al Burhan, mientras que las RSF están dirigidas por el vicepresidente Mohamed Hamdan Dagalo, alias Hemedti. 

Como ha recogido Hispanidad de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Kinga von Schierstaedt, coordinadora de proyectos de Ayuda a la Iglesia Necesitada en África y responsable de los proyectos en Sudán ha explicado: “Es un intento de Hemedti de derrocar a Al Burhan y, al mismo tiempo, el estallido de la tensión latente desde el golpe de Estado de octubre de 2021. En dicho golpe, ambos derrocaron al Gobierno de transición establecido tras la caída del dictador Omar al Bashir en abril de 2019. En el fondo no se trata de ideologías, sino de cómo y con quién gobernar; de intereses, poder, riqueza y la integración de las RSF. Hemedti considera que sus RSF son cruciales para la seguridad del país y exige más poder. Las negociaciones sobre la inclusión de este grupo paramilitar en el Ejército son un escollo entre ambos, y la decisión de Al Burhan de transferir las tropas de las RSF a distintas zonas del país —que Hemedti advirtió como intento de socavar su poder— ha sido la chispa que ha provocado el estallido del golpe".

"Sin embargo, --añade-- hay otro motivo importante. Sudán es el tercer productor de oro de África, y Hemedti posee minas de oro en el norte del país. Hasta 16.000 millones de dólares al año salen de allí con destino a los Emiratos Árabes Unidos. Hemedti ha hecho del oro su negocio; el oro es su poder y uno de sus intereses. Al mismo tiempo, el Ejército también posee una gran cantidad de bienes inmuebles y negocios de todo tipo, y se resiste a cederlos a un Gobierno civil”.

Damos gracias a Dios de que el obispo no estuviera en la sala en ese momento, porque está completamente destrozada

En ese contexto, la agencia Fides informa de que la catedral María Reina de África, en la diócesis de El-Obeid, fue alcanzada por misiles durante los violentos enfrentamientos entre las fuerzas del ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (Rapid Support Forces-RSF).

Según el padre Peter Suleiman, secretario general de la Conferencia Episcopal de Sudán y Sudán del Sur (SSSCBC), al menos dos misiles alcanzaron la catedral el 27 de abril. El primer misil alcanzó parte de la rectoría y el segundo estalló contra la puerta principal de la catedral, destruyendo las vidrieras. 

“Damos gracias a Dios de que el obispo no estuviera en la sala en ese momento, porque está completamente destrozada. El otro misil ha estallado frente a la puerta principal de la catedral impactando contra el edificio y causando daños en los cristales”, informa el padre Suleiman. 

El ataque se ha producido mientras el obispo de El-Obeid, monseñor Yunan Tombe Trille Kuku Andali, y otros sacerdotes rezaban la oración de adoración ante el Santísimo Sacramento en la iglesia. 

“Damos gracias a Dios porque están a salvo, pero la situación en la ciudad es grave: los habitantes carecen de alimentos, agua y electricidad”, añade el secretario general, que señala que el obispo de El-Obeid y otros sacerdotes siguen en sus lugares, salvo las religiosas del colegio San Francisco que están cerca de los cuarteles del ejército que han sido evacuadas a diversas localidades. 

“Por lo que sé, las hermanas del colegio San Francisco están cerca del cuartel militar, por eso se les ha pedido que se trasladen a otro lugar donde puedan estar un poco más seguras. Pero por lo demás, todo el personal de la Iglesia está en su sitio”.

El Secretario General de la Conferencia Episcopal de Sudán y Sudán del Sur afirma que el conflicto en Sudán está destruyendo edificios históricos y hace un llamamiento a sudaneses y sursudaneses para que recen por la paz. 

Mientras la atención de la prensa internacional se centra en los combates en la capital, Jartum, varias otras zonas de Sudán también se ven afectadas por los enfrentamientos entre el ejército y las RSF, en particular en Darfur, bastión de estas últimas.