Comenzamos esta crónica semanal sobre Hispanoamérica, la región compuesta por países hermanados en la Hispanidad (que tienen en común su fe cristiana, su cultura y su lengua y cuya patrona es la Virgen del Pilar), en Chile, para defender el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, uno de los principios no negociables establecidos por el Papa Benedicto XVI para una acción política basada en el humanismo cristiano.

Como explicamos la semana pasada, el Gobierno izquierdista de Gabriel Boric ha anunciado que va a presentar un proyecto de ley para legalizar el aborto hasta las 14 semanas de gestación.

Desde 2017, el aborto es legal en Chile bajo "tres causales": riesgo para la vida de la madre, inviabilidad del feto bajo riesgo de muerte y embarazo por violación. Al margen de estos casos, el aborto sigue siendo delito.

Por el momento, partidos opositores chilenos ya le han recordado a Boric que no tiene los votos necesarios para sacar adelante esta ley abortista y le acusan de fomentar una agenda ideológica que no responde a las verdaderas urgencias del país. Entre esos partidos figuran: el Partido Republicano, la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN). 

La Iglesia católica chilena sigue plantando cara y batallando contra este proyecto. El Arzobispo de Santiago, cardenal Fernando Chomali, aseguró que la Iglesia hará todo lo posible “para proteger la vida desde el momento de la fecundación hasta la muerte natural”. “Este proyecto legitima la violencia como una forma de resolver conflictos”, recoge Aciprensa. 

“Yo no niego que haya embarazos complejos, es evidente. Pero, ¿cómo se mide el talante de una sociedad? En la medida en que es capaz de hacerse cargo de esa persona”. “Quiero dejar bien en claro que nuestra clara oposición al aborto también va acompañado de una acción dirigida a ayudar a aquellas mujeres que tienen embarazos complejos. Creo que eso es tremendamente importante”, subrayó.

“El Estado tiene la obligación de proteger al más débil, y al establecer una distinción basada en la etapa de desarrollo, se introduce una jerarquía que permite que algunos seres humanos puedan vivir y otros no y es una jerarquía arbitraria”, observó el cardenal Chomali. “¿Por qué a las 14 semanas sería lícito tendría el aporte del Estado y a las 14 y un día sería un delito? ¿Quién me explica eso?”, cuestionó. “Eso es arbitrariedad”.  

Nuestro siguiente destino es México, también para defender el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. 

En ese país, como ha recogido Hispanidad, tanto el Gobierno del anterior presidente, el ultraizquierdista Andrés Manuel López Obrador (que ejerció entre 2018 y 2024), como el de su sucesora y actual presidenta, Claudia Sheinbaum, han impulsado, mediante su partido, Morena, la aprobación de la despenalización del aborto libre hasta las 12 semanas de gestación. 

Hasta el punto de que ya hay 23 estados que han aprobado una legislación similar, de un total de 32. 

Sin embargo, esta semana se producía la buena noticia de que el Congreso del estado de Guanajuato ha paralizado una reforma similar, recoge Aciprensa. 

No obstante, la tramitación sigue su curso y, ante la próxima votación, Mons. Enrique Díaz, pidió a los fieles y ciudadanos “no bajar la guardia” e instó a los diputados a que, en la próxima sesión, vuelvan a votar en contra del aborto y a “no tener miedo de defender con valentía a la persona humana, a velar por la seguridad y bienestar de la mujer, pero en particular a custodiar el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural”. 

En El Salvador, el presidente, Nayib Bukele, ha defendido sus políticas contra el crimen organizado, consistentes en implantar un régimen de excepción que ha posibilitado la detención de más de 86.000 delincuentes de las maras.

Bukele declaró a los que le critican por ello: "¿Sabe qué? Me tiene sin cuidado que me llamen dictador. Prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles o recibir reportes de cuántos muertos llevamos al día".

Y añadió: "¿Qué es lo que quieren? ¿Que eliminemos el régimen de excepción para que la comunidad internacional diga: qué bien, miren Bukele, ya quitó el régimen? ¿Quieren que tomemos decisiones para que afuera no me cataloguen como dictador aunque eso signifique que nuestro país sea invivible?".

Y concluyó: los términos "democracia, institucionalidad, transparencia, Derechos Humanos, Estado de derecho, suenan bien" y "son grandes ideales en realidad”. "Pero son términos que solo se usan para tenernos sometidos".