Con motivo del estreno el próximo 19 de noviembre de la película Plantados, que recuerda la dramática historia de aquellos disidentes cubanos demócratas que se negaron a aceptar el Gobierno de Castro y la llegada del Comunismo a Cuba, han venido a la presentación en Madrid algunos de los protagonistas reales de esa historia. Entre ellos los hay que lucharon con Fidel contra Fulgencio Batista, pero eso no impidió que acabaran en prisión durante décadas, porque reclamaban la instauración de una democracia en la isla que nunca llegó. 

En Hispanidad hemos tenido la oportunidad que charlar con Ernesto Díaz, que fue uno de esos 15.000 plantados, hombres enraizados en sus convicciones políticas y religiosas, algo que le costó pasar 22 años en prisión. Ernesto nos contaba que dejó a sus tres hijos, el menor de seis meses de edad, y cuando salió se encontró tres hombres, a los que apenas había podido ver en su largo cautiverio. Porque a las torturas y violencia continuas a la que fueron sometidos estos presos políticos se sumó, en algunos casos como el de Ernesto, la incomunicación durante 7 años, desnudo, en una celda minúscula.

Este es el Fidel Castro admirado y aplaudido por la progresía española. Aún hoy, en 2021, serán pocos los cines que expongan esa película

La película es durísima y muy explícita en imágenes violentas, pero inspirada en hechos reales. En ella vemos los fusilamientos sin juicio previo, en el que los asesinados se despedían del mundo con gritos como “Viva Cuba libre”, “Abajo el comunismo” o “Viva Cristo rey”, porque algunos de los ajusticiados eran católicos de profundas convicciones. Y hasta llevar una cruz se convirtió en delito.

Díaz nos confesaba que se calcula que entre 50.000 y 60.000 cubanos, hombres, mujeres y niños, fallecieron en el mar intentando huir de Cuba hacia Miami.

Ni que decir tiene que esta película será silenciada en los grandes medios de comunicación que ustedes se imaginan, solo se distribuirá en España en 26 salas, 6 de ellas en Madrid, porque efectivamente siguen la máxima de que lo que no se cuenta no existe. 

Por cierto, Ernesto Díaz también denuncia que llevar la cruz de Cristo era delito en la Cuba de Fidel. ¡Qué casualidad!