El PIB de España crece a la cabeza de Europa, claman en Europa. Cierto, pero el PIB per cápita lleva casi estancado desde 2018. A ver si es que el PIB va mejor sólo porque somos más y contamos lo que antes no contábamos. Por ejemplo, la facturación de la prostitución, que está disparada con el feminista gobierno progresista que tenemos... y no hablo de los ministros. 

En cualquier caso, para comprobar que somos más pobres: la anterior generación compra su vivienda, mientras sus hijos viven de alquiler... y sus nietos comparten alquiler con otros inquilinos o viven en una caravana. Bueno, o de okupas, si tienen poca vergüenza.

Sánchez lo llama reducir la desigualdad. Y a lo mejor tiene razón: en breve no habrá desigualdad porque todos seremos unos muertos de hambre.

Más: creamos más empleos que nunca, asegura don Pedro. Sí, pero seguimos siendo el país con más paro entre los 27 miembros de la Unión Europea y el país con más desempleo entre los 38 miembros de la OCDE. Y luego está la trampa de Yoli, que no de Pedro, sobre la reforma laboral, con gente que necesita dos trabajos para poder sobrevivir, o con trabajadores estacionales, fijos discontinuos, que según ella no están en el paro, aunque están en sus casas viendo pasar la tarde.

¿La economía española va como un cohete? Pues no. Esto es el reparto de la miseria y si Sánchez continúa no habrá ni miseria para repartir.