Ha pasado ya una semana y el asunto de la foto, que tantos comentarios, y groserías varias, ha provocado, ya es pasado y se puede hablar de ello sin temor a caer en el insulto, que siempre reseca la discusión. Es el momento de hablar de la foto que los voxistas Jorge Buxadé y Macarena Olona se hicieron en París con la francesa Marine Le Pen, la noche electoral del 24 de abril.

Lo que más me preocupa de Macarena Olona no son sus generosos escotes sino que los debates en los que más disfruta son aquellos que versan sobre ella misma. 

Por cierto, lo del generoso escote de Macarena, con lo que podemos, y debemos, hacer todos los chistes del mundo y alguno más, tampoco es cuestión baladí: las almas puras no habitan en cuerpos impuros.

Canalillo

Pero lo que más me preocupa de Jorge Buxadé y Macarena Olona es que militan en el ala nacionalista, más bien falangista, de Vox. El otro alma de Vox es el alma cristiana, y si Santiago Abascal se deja arrastrar por la primera en lugar de anclarse en la segunda, acaecerán dos fenómenos de lo más lamentables:

1.Vox perderá su esencia, que no puede ser otra que el cristianismo.

2.Hará buenos a quien califican a Vox como un partido de extrema derecha, porque España debe mantenerse unida en cuanto, históricamente, ha sido baluarte de la Iglesia. De otra forma, estaríamos adorando a la nación y eso sí es fascismo.

El húngaro János Áder o el polaco Mateusz Morawiecki son cristianos. Marine Le Pen es una nacionalista francesa, lo que, de paso, le lleva a aborrecer bastante a todo lo español. Pero no entremos en eso: digo simplemente que Marine Le Pen es derecha pagana.

Por tanto: el viajecito de Buxadé y Olona a París para felicitar a Le Pen nunca debió celebrarse, la foto sobraba. Es todo tan ridículo como las felicitaciones de Sánchez y Feijóo a Macron, sólo que estas resultan más lógicas que las de Buxadé y Olona con Le Pen. Sí, más coherentes, todos son progres y, como tales, su única propuesta política es mantenerse en el poder.

En Vox, Abascal debe elegir entre cristianismo y nacionalismo. Y mejor que elija lo primero. Para un cristiano, la defensa de la unidad de España -noble objetivo- viene por añadidura. Por el contrario, para un nacionalista, el cristianismo no viene por añadidura e incluso puede resultar una barrera. En cualquier caso, recuerden: el fascismo no es otra cosa que la deificación de la nación o de la patria. Y la patria, aunque el término venga de padre y genere la estimable virtud del patriotismo, no es Dios... que sí que es Padre y es más importante. 

Y si no, campeones, Buxadé y Olona, os quedaréis en meros fascistas -sí, fascistas- que son los que deifican la nación y la convierten en su razón para vivir. ¿Y sabéis, Jorge y Macarena? Ningún 'qué' puede dar sentido a la vida, para eso se necesita un 'quién'.