Al final han sido algo más de 2,6 millones los españoles que han solicitado votar por correo, una cifra récord que casi duplica la de 2019. El problema es que Correos sólo tiene tres días -hasta el domingo incluido- para repartir alrededor de un millón de papeletas, es decir, unas 334.000 cada día, cuando la media de la última semana ha estado en unas 200.000 entregas diarias.

Toca correr y no se puede descartar que al final haya quien que se quede sin poder votar, algo que podría llevar a una “impugnación” de las elecciones, según el presidente de Metroscopia José Juan Toharia, que este viernes participó en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum.

Toharia, en cualquier caso, no ve probable que esto vaya a suceder, aunque no se puede descartar completamente que “por una deficiencia técnica, que es responsabilidad del Gobierno” haya ciudadanos que finalmente no puedan votar.

Si eso sucede, podría llevar a una “impugnación” de los comicios. En esta línea, tampoco se puede descartar que haya votos por correo que lleguen fuera de plazo, lo que podría provocar un “problema político” si esos votos resultan decisivos para el resultado final de las elecciones.

En definitiva, Toharia ha manifestado el temor que tienen muchos españoles ahora mismo: que el caos del voto por correo condicione el resultado de las elecciones. Y eso no es sospechar de las instituciones ni de la limpieza del proceso, como asegura el PSOE. En cualquier caso, si finalmente hay ciudadanos que no pueden votar por una deficiencia técnica, el responsable sería el Gobierno de Pedro Sánchez.