Corren malos tiempos para uno de los dos partidos --junto a Ciudadanos, prácticamente desaparecido-- que venía a regenerar la democracia en España: los comunistas de Unidas Podemos. 

Y es que, tras la debacle electoral que sufrió el pasado 28 de mayo en las elecciones autonómicas y municipales —perdió más de dos tercios de sus representantes autonómicos y desapareció de Madrid, Valencia, Canarias, Castilla-La Mancha y Cantabria— y también el 23 de julio (el partido solo sacó 5 diputados, de los 26 que tenía, y dentro de su coalición con Sumar), la financiación del partido se ha visto comprometida. 

Hasta el punto de que, según ha trascendido, los ultraizquierdistas podemitas han perdido el 90% de los ingresos en el ámbito autonómico y el 70% a nivel nacional. 

Situación que le va a llevar a ejecutar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que se concretará en el despido de más de la mitad de la plantilla y el cierre de nueve federaciones.

Esta «reducción de plantilla» se ejecutará sobre 45 de los 106 empleados regionales. A los que hay que sumar otros 43 de sus 61 trabajadores a nivel nacional.

¿Un partido comunista ejecutando un ERE? ‘Cosas veredes, Sancho’.