Ana González, alcaldesa socialista de Gijón (aunque nacida en Oviedo), en un alarde de sensibilidad exquisita, ha anunciado este miércoles el final de la feria taurina de Begoña, así como la no renovación de la concesión a la empresa Circuitos Taurinos. Ni siquiera volverá a sacar a concurso público la celebración de corridas de toros en la ciudad. Punto y final.

El motivo no es otro que la lidia, el martes, de dos toros llamados “Feminista” y “Nigeriano”, algo que para González atenta gravemente contra los derechos humanos.

“Se han cruzado varias líneas. Una ciudad que cree en la integración, igualdad de hombres y mujeres no puede permitir este tipo de cosas. Hay personas que querrían que continuara, y se les ha hecho caso, ahora hay que escuchar a esa otra parte de Gijón. Y encima utilizando los toros para desplegar una ideología contraria a los derechos humanos. Se acabó el contrato de los toros”, sentenció.

Quizá alguien debería explicarle a doña Ana que los toros heredan el nombre de sus madres (vacas) y que van pasando de generación en generación, de tal manera que hay nombres con una antigüedad superior a los 40 años.