La IA es universal y la regulación sólo es europea. Ergo, no servirá para nada, como ocurre con todo el derecho internacional. Bueno sí, para que el estadista Sánchez se atribuya un gran éxito político
Bajo la Presidencia, española de la Unión Europea, repito, bajo Presidencia española, o sea, la de don Pedro Sánchez, de toda la Unión Europea unida europeísticamente, se ha puesto en marcha la primera regulación de la IA. Para que luego digan que Bruselas siempre va con retraso. Mentira enorme, como ustedes pueden observar.
La verdad es que al país donde ha nacido la IA, Estaos Unidos, y al país que está copiando la IA a los estadounidenses, China, ni se le ha ocurrido regular la inteligencia artificial. Están muy ocupados intentando que la artificial inteligencia les convierta en los más poderosos, que no los más inteligentes, del mundo mundial... de forma natural. Pero a los europeos, por contra, somos tan ingenuos que nos encanta la burocracia. Suponemos que una vez legislado ese algo debe funcionar correctamente.
Así, en Bruselas aseguran que han puesto límites éticos a la IA. El segundo problema de Europa es que ha perdido su noción de la ética y, lo que no es menos importante, ha perdido la noción de los límites. Por ejemplo, los telediarios insisten en que, mismamente, la IA puede servir para reconocer sujetos por la calle, y que, por tanto, la IA debe ser reprimida en este punto.
Encima, la IA es universal y la regulación sólo es europea. Ergo, no servirá para nada, como ocurre con todo el derecho internacional. Bueno sí, para que el estadista Sánchez se atribuya un gran éxito político
Esto es bonísimo. Verán, si gracias a la Inteligencia artificial (IA) identificas a todos los que caminan por la calle para encontrar a un delincuente, con permiso judicial se entiende. Sólo que para encontrar a un delincuente estás identificando a todos, inocentes y culpables, o, al menos, dando a la IA, detrás de la cual siempre hay una IN (inteligencia natural, comunmente conocida como un maromo vigilante), la posibilidad de identificar a cualquiera, ergo, de vigilar a cualquiera: inocente o culpable. Y esto, con permiso judicial o sin él.
Con la inteligencia artificial puedes hacer dos cosas: permitirla o prohibirla pero nunca regularla. Eso es lo peor. Porque, en ese caso, los propietarios de la IA harán lo que les venga en gana con su intimidad y la mía.
Por otra parte, el presunto éxito político de Pedro Sánchez, hombre, llama la atención. Porque claro, como todo lo digital, de poco sirve legislar en Europa si no legislas en el resto del mundo. Es decir, que también en IA entramos en la ley de la selva digital: soberanías nacionales frente a un alcance tecnológico universal. En definitiva, que la regulación europea de la IA no vale un ardite.
Por lo demás, tranquilos: la inteligencia artificial no existe: sólo existe la inteligencia natural, con muy mala leche
Pero no se preocupen nada y ocúpense mucho, porque con la IA se pueden hacer todo tipos de cosas y casi todas malas. Es más, la IA ya se ha convertido en un intento de gobernar al hombre contra el hombre. Sí, la máquina no puede hacer nada que un inteligencia natural, la del hombre, no le haya proporcionado antes pero una vez ha aprendido lo hace mucho mejor y más rápido que el hombre: ¿por qué no contra el hombre si así se le programa?
Dirigida por una inteligencia natural... ¡vaya que la Inteligencia Artificial puede hacer daño! ¡Y mucho! Es lo mismo que cuando pasamos de la espada la pistola. Con esta cualquier cobarde puede matar sin arriesgar mucho.
Encima, la IA es universal y la regulación sólo es europea. Ergo, no servirá para nada, como ocurre con todo el derecho internacional. Bueno sí, para que el estadista Sánchez se atribuya un gran éxito político.
Por lo demás, tranquilos: la inteligencia artificial no existe: sólo existe la inteligencia natural, eso sí a veces, con muy mala leche.