Consejo de Ministros del martes 15 de noviembre. No sé si recuerdan el viejo chiste del peón que está trabajando en una carretera perdida, cachirulo en la cabeza, pico, pala y carretilla, bajo el duro sol de julio. De repente, el hombre se para y reflexiona: "20 años en la compañía, 13 ascensos: ¿de qué puñetas entré yo en esta empresa?".

Hoy me he acordado de nuestro peón caminero al escuchar el informe sobre la economía española que la vicepresidenta primera del gobierno, 'Nadie' Calviño, ha presentado al Consejo de Ministros. Al parecer, la vice ha decidido aprovechar que era ella quien presidía la sesión para presentar un informe de autoalabanza que no se lo salta ni Emmanuel Macron. A fin de cuentas, con Pedro y Bego, apareciendo en el G-20, disfrazados de bandera ucraniana, con un estilo que no admite análisis: hay que visionarlo, era el momento para que su segunda castigara sus colegas con un informe que ponía en práctica su nota distintiva más acusada: su inconmensurable vanidad.

Pues bien, el informe de doña Nadia -no se lo podían imaginar, ¿eh?- concluye que la economía española no sólo va bien, sino que es la mejor de Europa. Con la jetadura que le caracteriza, doña Nadia nos ha explicado que el empleo crece con fuerza. Y sin embargo, acuérdense del peón caminero: seguimos siendo el país con más paro de toda la Unión Europea, liderazgo absoluto, incluso por encima de a los únicos que antes conseguíamos ganar, Grecia y Portugal: ¿De qué puñetas entré yo a trabajar en esta empresa si 20 años y 13 ascensos después sigo de peón?

Y lo mismo con todo: somos el país con mejor inflación, asegura doña Nadia, tras el apunte contable, absolutamente artificial y que pagaremos en el tiempo, del tope ibérico... porque la inflación subyacente española continúa disparada y los alimentos, artículo de primera necesidad por antonomasia, se está convirtiendo en un imposible.

Mientras, la ministra portavoz, se niega a entrar, en las sentencias favorables a  violadores, culpa de Irene Montero, ni en el delito de malversación... diluido para proteger a Junqueras o a Griñán

Más caradura, aún, tiene doña Nadia cuando asegura que no sólo creceremos este año según la previsión oficial sino incluso a lo mejor más... y se olvida decirnos que creceremos la mitad que su primera previsión oficial, dado que ella misma se apresuró a bajar dicha previsión por dos veces. Es genial, la gallega.

En resumen, así es como va a dejar el Sanchismo a la economía española: arruinada y endeudada. Y la palabra clave es la que repitió Nadia Calviño durante su prolija exposición: subvenciones públicas pagadas con deuda pública. 

Miente cuando se enaltece y miente cuando ataca, porque puso como ejemplo de esos que quieren desmantelar los servicios públicos a costa de bajar impuestos, a la Comunidad de Madrid. Se le olvidó decir que Ayuso no puede desmantelar los servicios públicos ni aunque quiera, dado que la capacidad normativa fiscal, y por tanto recaudatoria, de una comunidad autónoma no representa ni la centésima parte de la del Estado Central.

Nadia Calviño es un desastre, un cáncer para la economía española y se trata de un tumor maligno que está creando metástasis.

Irene Montero es un rara mezcla, casi exótica, de maldad, necedad e incapacidad

Sin embargo, su compañera de podio, la ministra portavoz Isabel Rodríguez, anda ya inmersa en el patetismo. Los periodistas -previamente seleccionados por ella, naturalmente, pero ni por esas- preguntan por la ley de libertad sexual, la del 'sólo el sí es sí', pergeñada por esa mujer inteligentísima llamada Irene Montero, que tanto esta ayudando a los violadores a reducir sus penas.

Como doña Isabel ya ha perdido los papeles cada día se muestra más cursi, y la cursilería se deja ver cuando a lo concreto se responde con generalidades: "El Gobierno se posiciona en contra de toda violencia contra la mujer, también la violencia sexual". No, si le parece, doña Isabel, se podía posicionar a favor. En cualquier caso, doña Irene Montero es un rara mezcla, casi exótica, de maldad, necedad e incapacidad. Resultado: hace una ley sobre libertad sexual y la redacta tan mal que acaba beneficiando al violador. 

Y ya acorralada, la ministra nos habla de que lo importante es la violencia machista que acaba con la vida de miles de mujeres. Así: "miles".

Un patetismo que la ministra Rodríguez exhibió por duplicado en el segundo asunto de la convocatoria: la transformación del delito de malversación. Ahí, el ridículo argumental del portavoz se disparó: el gobierno no se manifiesta sobre futuribles". ¡Pero qué futuribles ni qué ocho cuartos! ¿Acaso ERC ya ha dicho que sí, que quiere la reforma legal del delito de malversación para que Junqueras, Puigdemont y compañía queden libres de esta acusación? De futuro nada, presente y muy presente.