Consejo de Ministros. Sale Isabel Rodríguez, diestro no muy veterano al que se le nota la falta de oficio, acompañada del titular de Agricultura, Luis Planas. Porque claro, ya antes de salir a escena sabía que las relaciones entre el PSOE y Podemos son ya peleas a navajazo limpio. Y, en ese momento también, la portavoz del Gobierno ya sabe que Irene Montero ha cesado a su jefa de Gabinete, Amanda Meyer, hija del histórico Willy Meyer, comunista de mucho pedigrí durante la Transición. 

Porque, en el Gobierno hay al menos tres peleas:

1.La de los socialistas por situarse más próximos al sol que luce, a don Pedro, y que compiten entre sí por las alabanzas y zalemas al líder. Ahora mismo, la más pelota de todas es Nadia Calviño, pero Teresa Ribera y Grande-Marlaska, se aproximan por babor. Y la reina del lamido, la precitada Isabel Rodríguez.

2.Entre socialistas y podemitas, bronca demasiado obvia para necesitar glosa.

3.Entre los neocomunistas de Podemos y los vetero-rojos de Izquierda Unida. Por ejemplo, entre Montero y su jefa de Gabinete. 

Pero aferrados al sillón todos resisten. Eso sí, el Gobierno no esperaba que el juez José Luis Calama llamara a declarar al ministro Félix Bolaños. En una de sus innúmeras contradicciones, doña Isabel asegura que si el juez ha llamado a declarar (ojo, como testigo tiene que responder a todas las preguntas y no puede mentir) a Bolaños es porque él es quien denunció los hechos en un nuevo ejercicio de trasparencia. 

¡Anda ya! Si el juez le llama a declarar puede ser por una de estas dos razones:

1.Le considera sospechoso de espiar a los indepes (como todo el mundo).

2.Sospecha que lo de espionaje a presidente del Gobierno, y a algún otro ministro no es más que una cortina de humo, un gran mentira lanzada por el ejecutivo para pasar de verdugos a víctimas ante sus socios indepes.

Iberia denuncia que faltan policías. Pero la culpa la tienen los vuelos, que son excepcionales. 200 nuevos policías más en Barajas. Más de 600 agentes en Barajas

Ley de residuos alimenticios, del ministro de Agricultura, Luis Planas. No tires comida, dásela a los pobres. Eso está francamente bien, ya me decía mi madre que tirar comida está muy mal. Además, insisto en que el ministro Planas es de lo más sensato del Gobierno. Y la verdad, la sensatez no abunda en el Ejecutivo. 

Ahora bien, el problema es que recolocar comida resulta complejo y caro. La comida sobrante necesita ser tratada, y sólo en envases te puedes gastar mucho dinero. Y algo más, puede resultar imposible recuperar alimentos presentados de forma tan variada que, al final, el consejo más acertado es convertirlo todo en mermeladas. ¿Mermelada de pepino? ¿No será demasiada mermelada? 

Y multar a todos que tiren comida es, como las 18 bolsas de residuos distintos, una norma de imposible cumplimiento. 

La ley de desperdicios alimentarios está muy bien, pero es difícil y cara de aplicar.

Mejor que sancionar, con entre 2.000 y 500.000 euros, sería aconsejar no derrochar comida.

Caos en Barajas por la ausencia de policías en Seguridad. Iberia denuncia que faltan policías. Pero la culpa la tienen los vuelos, que han aumentado -pues haberlo previsto- y, en cualquier caso, Rodríguez recuerda que han fichado a un montón de policías, mientras que en el PP no hacían otra cosa que reducir funcionarios... a lo mejor lo hacían mejor.