Consejo de Ministros del martes 10 de junio.

Salen a escena la ministra portavoz, Pilar Alegría, y el titular de Exteriores, José Manuel Albares. El dulce Albares poco dice, salvo exponer el balance consular, cosa seria, uno de los últimos avances en la historia de la diplomacia mundial. Lo llama Balance de Actividad Consular y nos recuerda que se trata de una actividad muy importante, porque 3 millones de españoles viven en el exterior.  

 

 

Y lo más importante de todo: otros 120 millones de euros para que los jóvenes puedan viajar contentos, muy contentos, en autobús y en tren, casi gratis: Verano Joven en el mejor estilo sanchista: joven viaja barato y luego vota al PSOE, que te ha dado la libertad y el parné. 

 

 

Y tras estas dos nimiedades pasamos a hablar de jueces y magistrados que es lo que mola y, pasando de lo genérico a lo concreto, del auto que sitúa la Fiscalía general del Estado, Álvaro García Ortiz, en el banquillo... o casi. 

Rueda de prensa corta la de Pilar Alegría, donde tras asegurar que el Gobierno respeta las decisiones judiciales niega la evidencia afirmando que, cuando se trata del fiscal general, Álvaro García Ortiz, lo que hay que respetar es la presunción de inocencia. Doña Pilar entra a saco contra el juez Ángel Hurtado. 

A preguntas de un periodista, el gobierno casi cree y casi dice que este magistrado del Supremo está tomando decisiones a sabiendas de que son injustas. El periodista estaba preguntando si Hurtado prevarica o no prevarica, que no deja de ser el delito más grave del que puede acusarse a un juez y ese paso no lo ha dado Alegría pero "sí es verdad que hay jueces que están dando señales muy difíciles de entender ". Esto es: ¿el juez Ángel Hurtado ha prevaricado? Pilar Alegría se queda en el umbral de la acusación directa. Asegura que acusa sin pruebas.

 

 

¿Y qué significa toda esta situación que ha creado una España irrespirable? Significa que el Gobierno Sánchez, por primera vez, vive a la defensiva. El 'y tú más' ya no funciona, a pesar del apoyo mediático que tiene, superior al apoyo popular.

Ojo, que, esta, vez el Consejo Ministros y su inefable portavoz, no han sido, ni mucho menos, los más duros con el juez Hurtado. Patxi López desde el Congreso, no se ha cortado en clasificar el auto del Supremo como una sarta de falsedades sin pruebas. 

Lo cierto es que todo esto, insisto, no es más que un reflejo de la situación actual. Pedro Sánchez, hoy desaparecido, ha creado un Frente Popular, con comunistas y separatistas, que nos ha devuelto a las dos Españas.  Al tiempo, ese frentepopulismo de Sánchez ha degenerado en una España guerracivilista, donde el entendimiento no es posible, ni tan siquiera en lo más elemental. Algo aque no había ocurrido desde 1978 y significa que ha comenzado la cuenta atrás para el final del Sanchismo. El problema es que, si don Pedro aguanta mucho tiempo, la que se diluirá no será Sánchez sino España.