Con un cogobernante carente de principios y exento de escrúpulos, cualquier temeridad puede tener cobijo
Más que una comparecencia -sin preguntas, naturalmente- lo de este jueves en Navalmoral de la Mata (Extremadura) parecía un mitin, con simpatizantes por detrás y a escasos metros de Sánchez, y que vitorearon al presidente incluso cuando no tocaba. Así, incluso cuando Sánchez agradeció a la alcaldesa, la socialista Raquel Medina, su hospitalidad, los presentes se arrancaron con gritos entusiastas de ¡presidente, presidente!
Óscar López, nuevo gurú de Moncloa en sustitución de Iván Redondo, tendrá que mejorar su estrategia y, sobre todo, la coordinación de los que aplauden a Sánchez. Otro ejemplo: tras el saludo, Sánchez dice que “manda la actualidad” y en ese momento los presentes irrumpen en una gran ovación. Y luego resultó que la actualidad era el trágico derrumbe de la casa en Peñíscola.
Por no hablar del entusiasmo que causó el presidente extremeño, Guillermo Fernánez Vara, al mencionar el liderazgo de Sánchez cuando asuma la Presidencia rotatoria del Consejo europeo, en 2023. Parecía que había ganado las elecciones y en realidad es una Presidencia institucional… y rotatoria.
Y todo para que no se escucharan los abucheos de las personas que se encontraban fuera del recinto, una residencia de ancianos de la localidad. No lo ha logrado. Incluso la presentadora del canal 24 Horas, de RTVE, tuvo que referirse a ellos. Eso sí, en los cortes posteriores de la noticia, ni rastro de las protestas. ¡Ah! y al final prometió que el AVE llegará a Extremadura el año que viene.