La especialidad del PSOE es mentir con cara de enfadado, algo que supongo consideran le otorga dignidad al embuste.

Otro embustero de la factoría socialista, siempre con expresión cabreada, es el portavoz Felipe Sicilia, quien se plantó el lunes ante los medios y aseguró que el PP había convocado elecciones en Castilla León y había fracasado porque había perdido más de 50.000 votos. Y así, en la primera pregunta de los periodistas, alguien le recordó que el PSOE había perdido más de 100.000 y que había pasado de medalla de oro a medalla de plata. Es igual: Sicilia, impasible el ademán, siguió manteniendo que Alfonso Fernández Mañueco había fracasado y que el candidato socialista Luis Tudanca, había cumplido todos los objetivos. ¡Pues qué objetivos más pobres!

En cualquier caso, el alcalde socialista de Valladolid, antiguo portavoz de Ferraz, Óscar Puente, al que, por maleducado, no soportan ni en el propio partido, dijo el lunes algo muy lógico y muy positivo para el PSOE: que los socialistas se abstengan en la Investidura para impedir que el PP pacte con Vox en Castilla León y así aislaremos a los 'ultras' de Vox. Y es que el bueno de Puente se ha creído la propia propaganda de la izquierda: Vox es un partido ultra.

La termita venenosa del noroeste, un tal Alberto Núñez Feijoó, apoyó las declaraciones del socialista Óscar Puente... ¡cuando este ya había sido desautorizado por el propio Sanchismo!

No, Vox es un partido cristiano. Muy mal cristiano, pero cristiano, el único partido cristiano que queda en el Parlamento. Precisamente, la gran victoria del progresismo español consiste en haber igualado ultra y católico.

Ahora bien, Ferraz desautorizó de inmediato al alcalde de Valladolid. Si se abstuviera para investir a Fernández Mañueco, incluso si firma una especie de pacto de legislatura par excluir a Vox, estaría negando la barbaridad de Pedro Sánchez y su "no es no", antes y después. Cuando ganó Rajoy y cuando después ganó él, pues prefirió un gobierno de coalición con los comunistas de Podemos a un pacto de legislatura con el PP de Pablo Casado. Es decir, cuando Sánchez introdujo a los comunistas en el gobierno de España.

Ahora, vayamos al otro lado, el más patético. El acomplejado de Pablo Casado y el hiper-acomplejado de Teodoro García Egea, piden un Gobierno en solitario de Mañueco en Castilla-León (o sea, Castilla) ¿En solitario con 31 diputados cuando la mayoría son 41? ¿En serio?

Otra vez: Vox no es un partido de extrema derecha, es un partido cristiano. Pero lo católico no es ultra

Casado y Egea chillan como damisela en peligro: "Por favor, no me llames facha", mientras la termita venenosa del noroeste, un tal Alberto Núñez Feijoó, enfatiza las declaraciones de Óscar Puente... ¡cuando ya había sido desautorizado por el propio Sanchismo!

El problema de PP siguen siendo sus complejitos. No se atreven a responder a sus principios fundacionales, que son principios cristianos con lo cual no convencen ni cuando vencen, porque hasta los votantes más fieles perciben una impostura cobardona que les repele.