Entre pillos anda el juego,
de una investidura,
ansiada por uno de ellos.
Además de unos presupuestos,
que el otro se niega a darle,
si no sale de la cárcel,
y le firma el referéndum.
 
Con la Constitución por medio,
el que presidente quiere ser,
al que de la partida, es el tercero,
que clama por dialogar,
le promete, sentarse a negociar,
después de formar gobierno.
 
Y Sánchez, que se cree el primero,
si llegara a formar gobierno,
acabará en solitario haciéndolo,
y a los socios que lo auparon,
les dirá: donde dije digo, digo Diego.
Y pactará sereno con la derecha,
ya que entre pillos anda el juego.
 
En ésta “Nación de naciones”-
donde por encima está el Reino -
de listos muy ciegos, el rey es el tuerto.