Cuando las cosas salen bien, todo va como la seda. Pero ¿qué ocurre cuando vienen mal dadas? Que se lo pregunten a Miguel Ángel Revilla, que, tras perder las elecciones, después de 16 años como presidente autonómico, mostraba una cara muy distinta a la que nos tiene acostumbrados. ¿Será esta la verdadera?