Enternecedor el papelón de Silvia Intxaurrondo, la chica del Régimen, quien entrevistó al SUP, el sindicato policial más socialista para hacerle preguntas tan duras como esta:

-¡Qué paciencia tienen los agentes antidisturbios!

Tan descarado era el papel de tiralevitas, que doña Silvia terminó su peloteo sin mirar a la cámara. Al parecer, le daba un poco de vergüenza.

Lo suyo eran unas preguntas tan pagadas que el portavoz del SUP se creció y acabó asegurando que ellos, los policías, sólo defienden el Estado de derecho. Hombre, sólo faltaba que la policía defendiera algo distinto a esto, pero les aseguro que nada tiene que ver el Estado de Derecho con gasear a ancianos en una manifestación, la del pasado lunes, de gente mayoritariamente pacífica, a los que simplemente les parece una vergüenza que Sánchez venda un país por mantenerse a cualquier precio en la Moncloa.

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En paralelo, RTVE, el aparato de propaganda del Sanchismo homologa las manifestaciones del lunes 6 con las del martes 7 y habla de ultras que se enfrentan a la policía. Sin más distinciones. 

La campaña para justificar la ley de amnistía y otros regalos a los delincuentes del procés para que Sánchez se mantenga en La Moncloa está siendo de tierra quemada. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, aseguró que no juzga la decisión del juez García-Castellón para investigar a Puigdemont... peeeeeero que le sorprendía  cómo, cuatro años después de iniciada la causa del Tsunami Democrático, el juez se decidiera a considerar a Puigdemont como aspirante a un delito de terrorismo.

Pues no, señá Rodríguez, el que ha cambiado de opinión no fue el juez sino el fiscal, 'su' fiscal. Así, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional -observen la foto-, Jesús Alonso quien consideraba terroristas a Puigdemont (Junts) y a Marta Rovira (ERC) en el caso del Tsunami -fíjate- es el que ha cambiado "de opinión'. 

García Castellón no ha cambiado: el que ha cambiado ha sido Pedro Sánchez, bueno, y el fiscal de la Audiencia Nacional.  

Una fiscalía, un fiscal Jesús Santos, como muy bien ha explicado el Mundo, que, encima, ha mantenido su tesis del 'Puchi terrorista' durante cuatro años y, miren por dónde, cambia de opinión tras las elecciones de 23-J, esto es, justo cuando Pedro Sánchez necesita los votos del presunto terrorista Puchi.  

No, no cambió el juez, ministra Rodríguez: quien cambió fue el fiscal, 'su' fiscal.

Estamos ante una estafa informativa y una parodia política. Y puede resultar divertida... mientras no nos dejemos tomar el pelo.