Y es el hombre,
sembrado por el hombre
en el útero materno,
creciendo como el grano en la tierra,
de él saliendo, naciendo a luz nueva,
para ser señor, y dominar la tierra.
 
Y es la mujer,
femenina, compañera,
que al hombre con su amor
le da fuerza, fortaleza; pilar, piedra,
dónde la humanidad se asienta.
 
Hogar que da la vida por excelencia.
 
Que aconseja, instruye, y enseña
a vivir y morir; a quien el hombre
llama con su último aliento,
por materna.
 
Hombre y mujer, mujer y hombre
se complementan, para henchir la tierra.