Miguel Ángel Aguilar toma posesión como fiscal general contra los delitos de odio. Créanme, el asunto es más grave que el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal de Memoria histórico. No se lo van a creer pero Aguilar es aún más extremista y radical que Delgado.

La discrepancia se ha convertido en delito en España. Ahora, si te atreves a ir contra lo políticamente correcto, por ejemplo, contra la ideología de género, no serás ninguneado: serás condenado

Con la complicidad entre PSOE y PP, el artículo 510 del Código Penal sobre delitos de odio ha implantado la censura en España: quien se atreva a oponerse a lo políticamente correcto será condenado con hasta cuatro años de prisión. Lo que quiere decir que discrepar se ha convertido en delito en España. 

Ahora, si te atreves a ir contra lo políticamente correcto, por ejemplo, contra la ideología de género, no serás ninguneado: serás condenado. Por eso, la autocensura se ha convertido en ley en los medios de comunicación.

El novísimo delito de odio resulta especialmente venenoso por cuanto la carga de la prueba pesa sobre el acusado, quien tiene que demostrar que no odia al denunciante, tarea singularmente complicada

Recuerden que el novísimo delito de odio resulta especialmente venenoso por cuanto la carga de la prueba pesa sobre el acusado, quien tiene que demostrar que no odia al denunciante, tarea singularmente complicada.