En París, en España o donde se tercie, las blasfemias y burlas contra el cristianismo se repiten. Como, por ejemplo, en la localidad segoviana de Tardelcuende, donde el alcalde de Soria, el socialista Carlos Martínez, paseó por las calles del pueblo, emulando al Papa en un coche, que pretendía ser un Papamóvil y bendiciendo a los vecinos con una escobilla de wc. 

Argumenta el edil, ante las críticas de la oposición (PP y Vox) que: "Son las fiestas de un pueblo pequeño. Hemos tenido el desfile de disfraces que se hace aquí siempre. El vehículo estaba aquí y fue simplemente dar una vuelta".

 

Nosotros nos preguntamos si el señor alcalde osaría, por ejemplo, disfrazarse de imán y pasear por la localidad, acompañado de un grupo de fieles. 

Luego, no nos extrañenos de reacciones como la del párroco de San Francisco de Asís, en Jiquilpan, quien de los familiares de "todos aquellos que participaron, los que salieron en la escena y se prestaron para esta broma chusca", en alusión a la ceremonia de apertura de los JJ.OO. de París. 

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De acuerdo que el ambón de la iglesia no es el lugar adecuado para expresarse así... pero, el mosén estaba diciendo lo que más de uno pensamos... y eso es muy humano.