Sr. Director:
Si de algo ha servido la reciente comparecencia de Pedro Sánchez ante la Comisión de Investigación del Senado, ha sido para demostrar una vez más la catadura de un personaje asombroso por su dureza facial y por su impostada memoria de pez que, de ser cierta, le incapacitaría para seguir gobernando y tomando decisiones trascendentes en cualquier nación seria. Pero tampoco se ha quedado atrás en su tono despreciativo hacia las instituciones democráticas que él y su cohorte de aduladores no controlan (aún), calificando de circo y de comisión difamatoria a una comisión del Senado; algo verdaderamente escandaloso en todo un presidente de Gobierno, ya que esta cámara con el Congreso de Diputados representan al pueblo español (art. 66 CE). Pero sepa nuestro «resiliente» presidente que si algunos de los procesos judiciales abiertos y que le rondan, en algún momento apuntan hacia él, deberá cambiar de actitud; ya que las comparecencias en sede judicial no suelen gozar de la generosa laxitud con que se le ha permitido evacuar sus jocosas declaraciones en la comisión senatorial.
Al observar la desfachatez y chulería con que se ha desenvuelto quien ocupa la presidencia, y sus repetidos «no recuerdo... no me consta», bien cabría atribuirle como guía de sus intervenciones y parafraseando chuscamente a la gran santa de Ávila: «Nada te turbe, nada te espante, tú no te inmutes; la cara dura todo lo alcanza, y quien la tiene nada recuerda, nada le consta... de todo pasa».









