Más de la mitad de la población de Melilla es musulmana. Y aunque Juan José Vivas, en Ceuta, insista que no se debe identificar lo musulmán con lo antiespañol, resulta que el ceutí y el melillense no albergan muchas dudas sobre la relación entre religión y patria en las dos plazas africanas, entre el islam y Mohamed VI. Es más, los ciudadanos de las dos plazas están convencidos de que el musulmán suele ser ferozmente antiespañol y trabaja para Mohamed VI.

Y entonces resulta que en plenas elecciones en la ciudad autónoma de Melilla, la más alejada de la península, están multiplicándose los robos a los carteros. Y es que son los carteros quienes llevan al ciudadano las papeletas y el voto, a quienes han decidido votar por correo (un sistema requetecomplicado que convendría revisar). 

En definitiva, en Melilla están robando votos por correo y eso es peligroso. Primero porque en Melilla cada voto cuenta. Recuerden que Ciudadanos ya la fastidió y los musulmanes, apoyados por el PSOE, para quienes Ceuta y Melilla son dos nidos proto-fascistas, introdujeron al enemigo en casa, en concreto a los musulmanes pro-marroquíes. No, no todos los musulmanes son pro-Mohamed, sólo la inmensa mayoría. 

Cuidado con Melilla, que pende de un hilo. Con la sumisión de Pedro Sánchez a Mohamed VI, ese hilo puede romperse.