Merece la pena leer el documento entero, breve, porque León XIV es un tipo muy concreto: no le gusta extenderse en sus discursos, va directamente al grano, pocos preámbulos y una sola conclusión.
Ocurrió en el jubileo de los pobres y entonces es cuando León XIV suelta eso de que la mayor pobreza es la ausencia de Dios.
Eso es tanto como terminar con el carácter onegero que exhibe la Iglesia del siglo XXI.
Y esto es lo malo, como ya hemos dicho en Hispanidad, porque la caridad no está en dar sino en comprender y, pasando de lo abstracto a lo concreto, la Iglesia como ONG no sólo es que sea más o menos auténtica, es que es un desastre. La liquidez de toda la Iglesia universal es inferior a la del Principado de Andorra. No así el patrimonio, claro pero con patrimonio artístico no matas el hambre.
Esta es la segunda andanada de León XIV, después de aquella otra, cuando aseguró que la familia es una unidad compuesta por un hombre, una mujer ... y abierta a los hijos, lo que le costó que los progres empezaran a sospechar que el enemigo está dentro.