• ¡Ah! pero, ¿a Podemos no veníamos a ligar? ¿Esto no era lo del amor libre?
  • El rijoso siempre acaba en acoso y la liberación sexual, en mujeres-objeto.
  • Al final, los progres siempre acosan a la mujer. Natural: les han enseñado que la mujer es una cosa utilizable en beneficio propio.
  • Y en toda liberación siempre es la mujer la que sale perdiendo.
  • El único hábitat donde la sexualidad femenina es respetada es el cristianismo.
Impasible el ademán. Así se va a comportar Podemos, faltaría más, con todos los acosadores sexuales. Porque resulta que ya ha tenido que expulsar a cinco de su organización en Madrid… una vez que las mujeres acosadas lo denunciaron. Ya saben, ¡ah! pero, ¿aquí no veníamos a ligar? ¿Esto no era lo del amor libre? Pablo Iglesias se ha puesto muy serio. Exige "espacio libre de violencias machistas" que, al parecer, es donde mejor se liga. Ya hemos expresado en otras ocasiones nuestras dudas sobre la identidad de la formación morada, ¿Qué es Podemos? ¿Un partido político o una cama redonda? Y ahora encima, acoso. Lo que no se entiende es de dónde procede el asombro. El rijoso siempre acaba en acoso y la liberación sexual en mujeres-objeto, también conocido como cosificación de la mujer. Es el problema de las compañeras que acaban siendo tomadas por eso: compañeras de cama. Y es lógico. Al final, los progres siempre acosan a la mujer. Natural: les han enseñado a ser rijosos sin caballerosidad… Para un progre el sexo es un desahogo porque no puede ser otra cosa. Por eso predica la mayor liberación sexual, aún cuando no la practique. Y claro, en toda liberación sexual siempre es la mujer la que sale perdiendo. Lo ocurrido en Podemos es lógico. En otros partidos, donde, como en toda la sociedad, también se ha trivializado el sexo, ocurrirá algo parecido pero no se había convertido el ligue en mandamiento. Lo explicaré de otra forma: es lógico que esto suceda en Podemos porque ¿cómo se puede luchar contra la impureza cuando llevamos una generación burlándonos de la pureza? Es más, el único espacio libre de acoso, el único hábitat donde la sexualidad femenina es respetada es el cristianismo. Por lo de la pureza. O si lo prefieren, por la definición que San Juan Pablo II hacía de la pareja: enfrente hay otra persona que no quiere que le hagan daño. Por eso, porque es una persona que no una cosa. Eulogio López eulogio@hispanidad.com