El peligroso es Sánchez, no Iglesias. Pablo sólo es el progre de la bacanal, la ménade de un partido nacido para fornicar y sorprendido por su éxito parlamentario
El que se la juega en Madrid es Pedro, no Pablo. Iglesias ya está en caída libre pero para Sánchez resultaría su primer derrota desde la moción de censura.
Al mismo tiempo, el peligroso es Sánchez, no Iglesias. Pablo sólo es el progre de la bacanal, la ménade de un partido nacido para fornicar y sorprendido por su propio éxito.
Al mismo tiempo, lo que está en juego mañana, en las elecciones de Madrid, es la paz civil en toda España. Nos jugamos el guerracivilismo. Si en Madrid comienza a mandar el frentepopulismo del PSOE-Podemos (Más Madrid no es más que una escisión de Podemos aunque puede significar la ruina de Pablo Iglesias) entonces estamos abocados al enfrentamiento civil.
En cualquier caso, el 4 de mayo constituye una elección principal, que puede convertirse en el axial de la política española. Pero, insisto, no se equivoquen, el progre y cristófobo, el masón -hoy no se llaman masones sino colaboradores del Nuevo Orden Mundial (NOM)- es Sánchez, no Iglesias. Pablo sólo es el progre de la bacanal, la ménade de un partido nacido para fornicar y sorprendido por su éxito parlamentario.
El que se la juega en Madrid es Pedro, no Pablo. Éste ya está desahuciado.