• Es ahora, cuando las monjas son 'obligadas' a vestir como vulgares horteras.
  • Pero, sobre todo, cualquiera de nuestras adolescentes actuales escandalizaría a las vampiresas del Hollywood durante aquella época.
  • No, no importan los regímenes, cambia el hombre. Y la sociedad.
Para entendernos, con el laicismo -siempre liberticida y de vez en cuando homicida- ocurre lo mismo que con la moral de la falda. Aseguran que durante el franquismo se perseguían a las señoras para que no enseñaran lo que no tenían que enseñar. Falso. Lo que ocurre es que las españolas de entonces, al igual que las francesas, las inglesas, las norteamericanas y las rusas, vestían con más pudor que la mujer de 2017. Basta con ver las películas de los años cincuenta, o sesenta del pasado siglo. Cualquiera de aquellas vampiresas de Hollywood se sonrojarían de vergüenza al contemplar cómo viste cualquier adolescente -y no tan adolescente- de nuestros días y le hubieran calificado con la noble denominación de 'guarra'. No son los regímenes políticos o económicos los que marcan el estilo de vida. Es el hombre el que cambia y con el hombre la sociedad que no es otra cosa que la suma de seres humanos. Y sí, el vestido es importante, especialmente en la mujer: viéndola cómo viste se sabe cómo es. Sobre todo, otras mujeres. Por eso resulta tan curioso. Conviene destruir los tópicos. No constituyen una buena compañía. Eulogio López eulogio@hispanidad.com