Hoy, 13 de mayo, se conmemora el centésimo cuarto aniversario de las apariciones de la Virgen María en Fátima, donde algunos consideran que empezó el final del ciclo histórico de la modernidad. Hoy también, un comunista obsesionado con Fátima, por orden del Kremlin, intentó asesinar, y casi lo consigue, al Papa que llevó a la Iglesia al siglo XXI, Karol Wojtyla. Y curiosamente fue San Juan Pablo II quien, por fin, consagraría el mundo, y Rusia, al Sagrado Corazón de María, condición impuesta por la Madre de Dios en Ajustrel para evita la III Guerra Mundial. Y efectivamente, la guerra global que algunos todavía se temen no será, como parecía, continuidad de la primera y la segunda, sino una contienda de todos contra todos que, previsiblemente, no tendría lugar en las trincheras sino en las ciudades.

En Fátima, además, se inició la era de las apariciones marianas. Sí, las ha habido antes, desde el Pilar de Zaragoza hasta hoy, pero son muchos los mariólogos que consideran al siglo XX como la centuria donde Santa Maria adquiere un papel si cabe aún más predominante en la historia de la Iglesia, en su papel de corredentora. El progresismo de esta mujer judía, la número 1 de la raza humana, por encima de todo varón y de toda mujer que hayan existido, se ha agigantado, aún más si cabe en el siglo XX. Es como si el género humano hubiera alcanzado tal grado de perversión y de materialismo práctico que ahora ya sólo la Madre puede curarle.

Si estalla una III Guerra Mundial no será como las anteriores: será un todos contra todos y no en las trincheras, sino en las ciudades. Será guerra civil

Hoy jueves 13 de diciembre, se celebra, también el Día de la Ascensión del Señor. Bueno, en España lo hemos trasladado al domingo, estropeando el antiguo canto de antaño: tres jueves hay en el año que relumbran más que el sol: que son Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de La Ascensión.

Con la ascensión se inicia el final de los tiempos, la última etapa de la historia. No lo digo yo, lo dice por ejemplo, Saulo de Tarso. Y dado lo que estamos viviendo con el Covid, viene a la mente la promesa que marca la Festividad de la Ascensión: “Yo estaré con vosotros siempre, hasta la consumación del mundo”.

Todo esto hoy mismo, 13 de mayo de 2021.