La política española se ha convertido en una competición: a ver qué político lanza más ofertas, casi todas ellas subvenciones públicas en lugar de reformas, que disminuyan el papel del Estado y que permitan a la gente ganarse la vida en paz.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha lanzado nuevas ofertas de cara al curso escolar. La más importante de ellas, un bono de 200 euros por niño en edad escolar.

La verdad es que 200 euros no dan ni para pipas, que los del PP, al igual que el PSOE, no sólo aman las siempre injustas subvenciones públicas sino que, encima, las conceden con cicatería.

En cualquier caso, lo que usted tenía que proponer, señor Feijóo, es el cheque escolar: es decir, que el Estado facilite un cheque por el total del coste de un puesto escolar. De esta forma los padres, no el Gobierno ni los empresarios, podrían elegir en qué colegio estudia su hijo y qué tipo de enseñanza recibe su hijo. Ellos tendrían la financiación.

Curiosamente, sólo un partido llevaba el cheque o bono escolar en su programa: Vox. Y quizás por su crisis ideológica actual, Santiago Abascal permanece calladito.