
Una ideología es el conjunto de ideas inventadas por un grupo de hombres para ocultar bajo ellas sus intereses
Sr. Director:
Parece ser que el término “ideología” fue acuñado por Destutt de Tracy en 1796.
Don José Ortega y Gasset nos facilita la definición de “ideología” que a continuación, traemos hasta aquí:
“Napoleón utilizó el vocablo para denominar ese pensar falso cuando llamó despectivamente a sus enemigos ideólogos. Desde entonces una ideología significó el conjunto de ideas inventadas por un grupo de hombres para ocultar bajo ellas sus intereses, disfrazando estos con imágenes nobles y perfectos razonamientos.”
Ciertamente es dramática la noción de ideología con la que nos regala don José Ortega y Gasset. Llegando a ser trágica si aceptamos que el mundo en el que vivimos toma a las ideologías como su base y fundamento.
Este hecho nos induce a pensar que el P.G.C. (Proceso de gilipollización colectiva por sus siglas en español) se encuentra en una intensa progresión, haciéndonos temer que su culminación se encuentra próxima.
No debemos seguir adelante sin antes hacer un alto para informar al lector de que la denominación del P.G.C obedece a la castiza y popular españolización del Efecto Flaynn Inverso (E.F.I por sus siglas en español).
El E.F.I fue estudiado Bernt Bratsberg y Ole Rogeberg en el Regnar Frisch Center for Economic Research. Siendo publicados los resultados de dicha investigación en la revista Proceedings of de National Academy of Sciences.
Y después de realizada esta parada explicativa sigamos con el hilo del tema que tratamos de exponer.
Es conveniente recordar que a lo largo de la historia del pensamiento han sido muchos los filósofos que han proyectado sobre el término “ideología” un trasunto de enmascaramiento, tras el cual el sujeto busca y los grupos persiguen la obtención de sus propios intereses.
“Entre los autores que destacaron en sus esfuerzos por examinar la naturaleza enmascaradora de las ideologías, así como en sus esfuerzos por desenmascararlas, figuran Sorel y Pareto. Sorel habló de mitos, y Pareto de derivaciones. La función de ambos es la justificación (autojustificación) de acciones emprendidas por determinados grupos. Estas acciones tienen su origen en instintos (Sorel) y en impulsos (Pareto), que no pueden explicarse racionalmente y que no son, en rigor, racionales aunque puedan y suelan, manifestarse mediante propósitos e intenciones de carácter racional. En todo caso, los grupos que emprenden tales acciones las racionalizan por medio de los citados mitos y derivaciones”..
A fin de abundar en el tema, traemos hasta aquí la definición de ideología, con la que nos obsequia un astrofísico de reconocido prestigio a niveles internacionales:
“Esa voluntad libre, por prejuicios o cualquier otro condicionamiento no intelectual, que puede llevar a rechazar aún aquello que está probado como conocímiento, incluso en una ciencia experimental.
Nos hiela la sangre el Padre Carreira con su definición de ideología. La primera reacción después de haberla leído es su rechazo inmediato.
¿Cómo es posible que, en pleno siglo XXI, puedan vertebrar las sociedades humanas grupos obedecedores de prejuicios o cualesquiera otros condicionamientos tan solo en coherencia con sus instintos e impulsos tal como afirman Sorel y Pareto?
¿Cómo pueden ser tan abyectos cómo para negar incluso lo probado por la ciencia tal como nos informa el Padre Carreira?
¿Quiere decir esto que estamos en un mundo gobernado por psicópatas?
¿Es posible que las masas se dejen conducir por seres tan perversos como los descritos por Ortega, Sorel, Pareto, Carreira y tantos pensadores más?
No. Me niego a admitirlo.
Aunque, claro está, siempre cabría la posibilidad de que el P.G.C (Proceso de gilipollización colectiva por sus siglas en español) constituyera el apero principal con el cual se labraran los campos de los que brota la sociedad en la que nos encontramos.
El padre Carreíra después de enunciar su definición de ideología nos ofrece distintos ejemplos:
1º.- “En la Alemania nazi, se decidió por decreto que la Teoría de la Relatividad de Einstein debía rechazarse porque era “ciencia judía”. Los argumentos en su favor no bastaban. Era ciencia judía, no podía ser verdad.”
2ª.-“En la Rusia Soviética se rechazó la genética moderna porque, según el dogma marxista, los niños de los marxistas tenían que nacer ya marxistas. Y como la genética decía que no se heredan los caracteres adquiridos, había que rechazar la genética. Y se inventaron la genética de Lisenko y de otros, que tenía como base la herencia de los caracteres adquiridos, aunque fuesen las maneras de actuar y las ideologías de la política.”
Leídos estos dos ejemplos, no tenemos más remedio que traer hasta nuestras mentes algo que en los días actuales se está viviendo en todo occidente y que constituye una ratificación de las palabras del padre Carreíra: la sobreponderación de la ideología ante la ciencia.
Pero antes de continuar, no podemos pasar por alto, la definición de ideología que pone a nuestra disposición Michael A. Aquino en su introducción a la Biblia Satánica de Anton Lavey: “Una filosofía requiere de un razonamiento preciso y sofisticado de parte del filósofo. Una ideología no es otra cosa que una simple declaración de mecanismos y metas que lo único que requieren es creencia ciega y entusiasmo emocional por parte de sus adherentes”.
Nos parece oportuno traer a colación una referencia a lo satánico puesto que una ideología, al fin y al cabo, es una no-verdad y sabido es que el Diablo es el padre de la mentira, por lo que las ideologías no deben de estar muy alejadas de los ámbitos demoniacos.
Una ideología, como queda dicho, podemos concluir diciendo que es una no-verdad. Y sobre un gigantesco cúmulo de no-verdades se asientan las sociedades en las que vivimos; sobre un sinnúmero enorme de no-verdades se cimenta la colosal revolución que en silencio asola Occidente. Sobre una multitud de no-verdades se justifica, como no podía ser menos, la implacable lucha contra la cultura de los pueblos, contra las tradiciones de las naciones, y contra las costumbres ancestrales que de estas emanan.
Y como consecuencia, mediante la ideologización de las gentes, o lo que es lo mismo, en función de una ingente aglomeración de no-verdades urdidas por unos sujetos que tan solo sus intereses atienden, se castra el saber filosófico, se asesina el conocimiento científico, y se lucha contra la fe religiosa. En definitiva, se persigue impulsar vehementemente por todas y cada una de las retículas sociales el P.G.C (proceso de gilipollización colectiva por sus siglas en español).
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Ojala lo expuesto en los párrafos anteriores constituyera un cumulo de patrañas, un enorme saco de errores, una cadena larga de equívocos de un viejo carcamal y necio. ¡Por favor! ¡Ayúdenme a creer que es asi! ¡Lo necesito! ¡Rectifíquenme! ¡Convénzanme! ¡Despiértenme de la pesadilla!
Con mi agradecimiento anticipado, amigo lector.









