Parece que las columnas de la civilización se desmoronan, porque el Falcon de Pedro Sánchez ha fallado, ¿qué será lo siguiente?

Cabe volver a preguntarse si el presidente del Gobierno es gafe, pues ya van demasiadas desgracias en España (la pandemia del Covid-19, la Filomena, la DANA, los incendios, etc.), mientras los extraterrestres siguen esperando su turno, como se suelen cachondear los usuarios de las redes sociales... Y es que el medio de transporte favorito de Sánchez, pese a lo caro y contaminante que es, se ha visto obligado a regresar a la base de Torrejón por una posible avería. Al parecer, según ha podido saber TVE, ha sido por un riesgo de despresurización de la cabina.

Sánchez se dirigía a París en Falcon para acudir a la reunión de la Coalición de Voluntarios por Ucrania que se celebraba en París (Francia). Al final, la avería se lo ha impedido... y ha tenido que participar de forma telemática, al igual que otros muchos líderes, según ha destacado RTVE (¡cómo no!), entre ellos: Donald Trump, Keir Starmer, Giorgia Meloni y Luís Montenegro, así como el secretario general de la OTAN, Mark Rutte.

Eso sí, entre los asistentes presenciales, han estado presentes: Volodímir Zelenski, Emmanuel Macron, Donald Tusk, Friedrich Merz, Ursula von der Leyen y António Costa. La reunión de la citada Coalición se ha producido un día después de la visita de Sánchez a Starmer en Reino Unido, adonde viajó en Falcon, con y vuelta en el mismo día, junto al ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo.

Sin embargo, este jueves, el Falcon se ha tenido que dar la vuelta cuando llevaba 40 minutos de trayecto por una avería. ¿O habrá sido debido a un hackeo, como el que sufrió Von der Leyen esta misma semana?

En total, los tres últimos viajes de Sánchez en Falcon han costado a los contribuyentes 2.869 euros en gasto de combustible y han provocado 17,32 toneladas de emisiones de CO2 (el equivalente a las que genera un coche en 19 meses), según la web Falcon Despega. Las vicepresidentas María Jesús (Marisu) Montero -ahora centrada en la quita autonómica y el proyecto de Presupuestos- y Sara Aagesen deberían tirar de las orejas a su jefe. Además, el Falcon es un modelo que fabrica la empresa francesa Dassault.