Lo que importan son los votos. El pasado domingo 28 de mayo el PP, al parecer absoluto triunfador del 28-M, consiguió que le votaran 7 millones de españoles. El PSOE, tras cinco años de repugnante Sanchismo en el poder -se cumplen el lustro este 1 de junio- consiguió 6,2 millones de votos.

Es decir, 800.000 votos de diferencia, Según todos los corifeos de Feijóo, estos resultados le darían la mayoría absoluta al PP en unas generales. Vale, no entro en la Ley d'Hondt, pero decir que 800.000 votantes es señal inequívoca de triunfo electoral el 23 de julio... pues como que no me lo creo. Es más: claro que Pedro Sánchez puede ganar las elecciones del 23 de julio. ¿Acaso no somos conscientes de que los españoles estamos degenerando?

Y ojo, es cierto que Sánchez es igual que un perro sin la virtud de la lealtad pero todavía hay quienes, más que creer en él, le consideran invencible porque nunca se da por vencido... y le votan.