Al igual que con las consecuencias del 8-M, Yolanda Díaz nos lo advirtió: toda política debe ser climática. Y si no atengámonos a las consecuencias. Por ejemplo la borrasca 'Celia' que está cubriendo España de polvo del Sáhara. 

Lo que quizá no se esperara Yoli es que la borrasca fuera 'Celia' y no, por ejemplo, 'Pepe', lo que revela, una vez más, que el clima es machista.

Es más, según el análisis de Yurima Celdrán, experta de Meteored, la borrasca Celia está provocando un episodio de viento, lluvia e incluso nevadas en cotas altas del interior peninsular. También ha derivado en un importante oleaje en la vertiente mediterránea y en el archipiélago canario pero, sin duda, el fenómeno más llamativo viene siendo la invasión de aire sahariano cargado de polvo en suspensión que progresa por la península. Esta mañana España ha llegado a ser el país “más contaminado” del mundo por las partículas saharianas, que proceden de la naturaleza pero no dejan de ser perjudiciales para la salud. Esperamos también ansiosos el análisis al respecto de la alegre Margarita. O la explicación de la izquierda, culpando a Putin a Ayuso o, incluso a Almeida.

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En el entretanto, nos preguntamos como sobreviven a la calima, por ejemplo, en el Cairo donde la OMS afirmó en 2018 en alguno de sus informes que pasar 24 horas en la ciudad equivale a fumarse un paquete de 20 cigarrillos.

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