Sr. Director:
Los datos sobre los suicidios en España apuntan a que se trata de un problema que se agudiza en nuestra sociedad del bienestar y que no es abordado de forma adecuada, tampoco por los medios de comunicación. Pese a que se ha impuesto la práctica del silencio acerca de este fenómeno, por sus supuestos efectos multiplicadores, me parece que el alarmante incremento de suicidios debe tratarse desde una perspectiva en la que se analicen socialmente las causas y se proponga una pedagogía en favor de la vida, algo que no resulta fácil en el contexto cultural del nihilismo en el que estamos viviendo.
Conectado con este problema, pienso que también es urgente abordar el problema de la salud mental, e insistir en la necesidad de que las familias y las escuelas se conviertan en entornos eficaces para afrontar las patologías que llevan al suicidio. El problema existe en todas las sociedades europeas, y la pandemia lo ha agudizado. Por eso es urgente que los responsables públicos promuevan un diálogo social con el fin de frenar esta plaga que se cierne especialmente sobre nuestros jóvenes.