El papa Francisco pretende con este testimonio muy personal poner en evidencia cómo el pensamiento matemático, filosófico y teológico de Pascal es muy apropiado para estimular a todos los contemporáneos, y recuerden que Pascal también guió al periodista Vittorio Messori en su conversión
Sr. Director:
Con motivo del 4º centenario del nacimiento de Pascal, el papa Francisco ha dedicado un recuerdo en forma de Carta Apostólica titulada Sublimitas et miseria hominis. En ella, el papa Bergoglio rompe esquemas simplistas de dentro y fuera de la Iglesia, algunos de los cuales muy conservadores lo infravaloran en su preparación intelectual al compararlo ridículamente con su predecesor y gran teólogo Benedicto XVI. Otros, los progres reaccionarios lo acusan de introducir el peronismo en el Vaticano como M., columnista argentino de El País.
El Papa Francisco pese a sus limitaciones evidentes que lo hacen parecer como el Papa de la silla de ruedas, se muestra enérgico y decidido como lo ha demostrado en la reciente JMJ de Lisboa, o en su deseo de viaje apostólico nada menos que a Mongolia. Para el Papa Francisco, el pensador y matemático francés es un infatigable buscador de la verdad; “pensador brillante” y “enamorado de Cristo”. Desde niño Pascal buscó la verdad, “no con las razones de la inteligencia abstracta, sino con la razones del corazón”; matemático, geómetra, físico y filósofo. Hizo realidad en su vida el principio del gran San Anselmo: “Creo para entender, entiendo para creer”. Como afirma el papa Francisco: “Pascal, hombre de inteligencia prodigiosa se preocupó de hacer saber a todos que Dios y la verdad son inseparables, pero también que fuera de los objetivos del amor, no hay verdad que valga”. El Papa está convencido de que la inteligencia y la fe viva son complementarias, nunca antitéticas, como pretende el cientificismo materialista ateo en su soberbia del Non Serviam.
El papa Francisco pretende con este testimonio muy personal poner en evidencia cómo el pensamiento matemático, filosófico y teológico de Pascal es muy apropiado para estimular a todos los contemporáneos, y recuerden que Pascal también guió al periodista Vittorio Messori en su conversión. Pascal es un hombre típicamente religioso, ciertamente no por temprana dedicación a Dios; sí desde su segunda y definitiva conversión. Para Pascal no existe el escepticismo racional de Descartes que ve en la razón ideal de una ciencia matemática la salvación. Llegó a comprender la insuficiencia de este método. Por eso acude a la fe, al sentimiento, al corazón,en la forma de conocer. Conocemos la verdad no solo con la razón sino con el corazón. El corazón tiene unas razones que ningún argumento de ningún escéptico logra falsificar. El Papa en su Carta Apostólica desea que la obra luminosa y los ejemplos de la vida de Pascal tan profundamente sumergida en Jesucristo nos puedan ayudar a seguir hasta el final el camino de la verdad, la conversión y la caridad. El abismo de la condición humana sólo puede ser colmado por Dios porque como decía el Genio de Occidente San Agustín: “Nos hiciste Señor para Ti e inquieto está nuestro corazón hasta que descanse en TI”.