He leído los dos artículos de D. Javier Paredes sobre las apariciones de Garabandal. Todo lo que dice es cierto, pero en la conferencia del Ateneo de Santander que menciona D. Javier, hecho en falta una persona amigo mío, Plácido Ruiloba Arias, que fue un testigo excepcional por su relación personal con Conchita que había grabado muchas cintas cuando Conchita en éxtasis hablaba con la Santísima Virgen. Solo brevemente unos detalles. Según me dijo a mí, el Obispado de Santander mandó como párroco al sacerdote Olano para que acabase con aquellas apariciones. Cuando Conchita informó que habría un milagro para que la gente creyese, Conchita le dio una carta a Plácido Ruiloba para que se a entregase al sacerdote Odriozola para que comprobase el milagro, pero el Obispado no envió a Odriozola sino a otra persona, el milagro consistía en  una comunión en la cual aparecía en su boca una Sagrada Forma y así apareció según muchas grabaciones que hicieron los fieles asistentes ; Plácido me refirió que Monseñor Puchol fue a su casa  y estuvo una mañana y  una tarde entusiasmado escuchando las cintas grabadas, y a los pocos días emite una nota diciendo que era un juego de niñas. ¿Cómo se entiende esto? Monseñor Puchol falleció en accidente, volvían de Madrid el mismo conducía el coche, acompañado por un sacerdote, al cual conocí, D. Agapito Amieva, y parece que el Obispo dijo: “Dios mío, que me pasa” y se estrello y murió en el accidente. El Doctor Morales, citado en el artículo, quiso hacer una autopsia al Obispo, porque decía que padecía algún mal cerebral, pero el Obispado de Santander lo impidió. Después de pasar más de un año, parecía que aquello había terminado, pero Conchita avisa diciendo que la Santísima Virgen va a dar un mensaje, y este anuncio produjo un revuelo mundial;  cuyo mensaje ya lo  hemos citado. En cuanto a las conversiones y curaciones, son innumerables. Una hermana de la Legión de María, de San Sebastián de Garabandal, que había vivido los acontecimientos, contaba que ocurrían cosas sorprendentes, por ejemplo, que llovía y no te mojabas. Relataba un milagro que curó a una sobrina suya. Los médicos dijeron me moriría pronto, pues el corazón no tenía espacio. Una noche que esa sobrina dormía en su casa, entró Conchita en éxtasis y puso sus manos sobre el corazón de la niña; en la siguiente revisión médica, la niña estaba curada.  Hay infinidad de detalles para dar por ciertas las apariciones, no creo que fuera un juego de niñas como dijo el obispo cuando en pleno invierno y con nieve, las niñas subían a los pinos a las 6 de la mañana para rezar el rosario. Para terminar. Plácido Ruiloba fue en muchas ocasiones a Garabandal; un día al llegar le dicen que Conchita le está buscando, cuando la encuentra dice que algo pasaba que no era normal, no sabía como explicarlo, y sin saber porque le pregunta ala niña: ¿Cuál es el peor pecado? Y la niña inmediatamente le dice: LA SOBERBIA. Pues esa frase es la que más recordaba a pesar de a ver visto y oído tantas cosas. ¿Será esa la causa por la cual no se reconocen las apariciones?